Desde el Lunar Azul

Bonito y tequilero viernes.
Empezamos con la novedad de que el diputade Luis León pidió licencia a su encargo. Dicen las malas —y las buenas— lenguas que lo hace para irse de particular a la oficina de la Gober. Así que en breve será llamado su suplente para ocupar la curul que el legislador dejará calientita.

Ahora bien, ¿a dónde mandarán a Carlitos De Alba? ¿A regar los jardines del oriente capitalino o a algún rincón donde no estorbe tanto, bajo el argumento de “evitar conflictos de interés”? Porque no hay que olvidar que su esposa es magistrada, y que tras la declinación del nayarita Felipe, quien —nos guste o no— era el que mejor conocía el manejo de esos entes por su experiencia laboral, alguien tuvo que decidir que no le tenían la confianza. Solo la que manda sabe por qué.

Y en ese vacío de poder deberia de haber asumido la presidencia Doña Mariana de Fátima, exdirectora de Administración del ISSSSPEA y diputada suplente del panista Luis Salvador Alcalá Durán, quien también participó en el Comité de Evaluación del Congreso durante el pasado proceso de elección judicial. A ella, al parecer, le tocaría “atorarle” como presidenta del Tribunal local, para bajarle al rechazo que la hija de la candidata “diferente” ha generado entre tirios y troyanos.

¿Será este un plan B o un movimiento quirúrgico de la Gober para tener mayor control y operación política desde su oficina? Porque conviene recordar que el diputade Luis León es de todas sus confianzas; tanto así que ha colocado a varios de los suyos en puestos clave de la administración estatal. El detalle es que esos espacios, lejos de fortalecer al gobierno, han terminado por complicarle la vida: errores, improvisación y ocurrencias por montones.
Tal vez —solo tal vez— la Gober decida por fin sacudir la modorra de su gabinete. Y no es mala leche, es simple observación empírica: en todos los pasillos políticos y empresariales se comenta el bajo perfil y la ignorancia enciclopédica de varios colaboradores estatales. Algunos están ahí por compromiso político, otros por cariño personal, pero la mayoría nomás no da el ancho. Veremos si ahora sí se anima a mover piezas, y sobre todo, a poner a Carlitos en un lugar donde no estorbe… tanto.

Por otro lado, quien ayer le puso el cascabel al gato con una declaración medio sacada de contexto fue el otro diputado de acción afirmativa, el de discapacidad (no de diversidad, aunque quién sabe si con los años aprenda algún truco nuevo en esa materia).

El Dipu Alférez, siempre dispuesto a decir algo que luego tiene que explicar tres veces, provocó que don Rubén, aquel consultor energético que el Pacto por México catapultó hasta las alturas siderales —tan altas que casi roza la NASA en Texas—, tuviera que salir a aclarar que él no tiene nada que ver con gasolineras, ductos ni tanques de almacenamiento. “Yo, fósiles, no; ahora soy puro tema hídrico”, dijo casi indignado. Y razón no le falta: su nuevo juguete es un OPD de agua al que le tiene más cariño que a un hijo, y del cual depende el futuro político de su cachorro.

El problema es que el cachorro ya no parece muy interesado en seguir corriendo la carrera. Se le nota cansado, abrumado y con más expedientes que entusiasmo. Y mientras tanto, los temas legales se multiplican como gremlins mojados.

Pero regresemos a Alférez, que este lunes rendirá su primer informe de gobierno. Cuentan que para llenar el patio del Congreso tuvo que colgarse del evento de otra diputada —porque solito no llenaba ni la fila de adelante—. En su discurso, dijo que el problema del huachicol no era el robo a los ductos, sino “el otro”: el que hacen con facturas mágicas que transforman gasolina importada en negocio celestial. Tal vez, dijo entre líneas, venía todo de Deer Park, Texas, pero eso ya es otro cantar.

En fin, seamos felices. Cerremos la semana y brindemos con quienes nos quieren de verdad, esos que no nos cobran cariño ni aplauden por nómina. Dejemos la grilla para los que viven de ella, y a los funcionarios que necesitan pagar para que los aplaudan, pues… que sigan pagando.
La vida es más bonita lejos del reflector de los mediocres.

Hasta aquí subió la roca.