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HOMILÍA: Danos hoy, la razón de vivir cada día

Pbro. Lic. Salvador González Vásquez | 27/07/2025 | 02:51

Todos tenemos un Padre en los cielos, aunque muchos se resistan a creerlo.
 
Ese Padre, que está en los cielos, no nos dio la vida para vivir como huérfanos.
 
Y, para sentir la presencia de un  Padre que protege, es necesario invocarlo. Y de esa forma , no nos sentiremos abandonados.
 
Dios nos reconoce como sus hijos; pero es necesario, que nosotros lo reconozcamos, y  lo aceptemos como Padre.
 
Aunque, para estar completos, necesitamos volver hacia Dios.
 
Ortega decía: que el descontento es, “como un amar sin amado y un como dolor que sentimos en miembros que no tenemos. Es echar de menos lo que no somos, el reconocernos incompletos y mancos” . (O. y Gasset, ¿Qué es filosofía?
 
Así vive el hombre cuando le falta Dios; se siente incompleto, y con dolor de aquello que no tiene.
 
Algunos ven en Dios, un misterio inalcanzable, y prefieren, no ocuparse de Él.
 
Pero el mismo Ortega decía: “ ¿A quién le ha quitado nunca el hambre saber que no podrá comer?”. (Qué es filosofía, O. y Gasset).
 
Aunque el ser supremo, sea un misterio inexplicable, no por eso, se apagan los deseos de conocerlo.
 
Y, aunque muchos piensen que orar es tiempo perdido. El corazón, siempre  tenderá hacia el cielo. 
 
También dijo Ortega: “…es un hecho que hay hombres para quienes lo superfluo es lo necesario. Y recordábamos la divina oposición entre Marta utilísima y María superflua”. (¿Qué es filosofía).
 
Buscar a Dios, no es algo superfluo, es lo sumamente necesario. Porque en Él, está la razón de nuestra existencia.
 
Por eso,  los discípulos le piden a Jesús que los enseñe a orar.
 
Así lo narra el Evangelio: “ Un día, Jesús estaba orando y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos. Entonces Jesús les dijo: Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu nombre, venga tu Reino, danos hoy nuestro pan de cada día…”(Lc.11).
 
Hay que  pedir a Dios: que nos de el pan que nutre  el cuerpo, y una razón para vivir cada día.
 
Con la certeza, de que el Señor ya sabe lo que necesitamos; pero es necesario pedirlo.
 
Necesitamos invocar a Dios, para sentir su cobijo; y pedirle que nos dé el pan de vida, para hacer frente al vivir de cada día.
 
Pbro. Lic. Salvador Glez. Vásquez.
 
 
Evangelio del día
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 11, 1-13
 
Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo:
«Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos».
 
Él les dijo:
«Cuando oréis, decid: “Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación”».
 
Y les dijo:
«Suponed que alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche y le dice:
 
“Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle”; y, desde dentro, aquel le responde:
 
“No me molestes; la puerta ya está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos”; os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por su importunidad se levantará y le dará cuanto necesite.
 
Pues yo os digo a vosotros: pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama se le abre.
 
¿Qué padre entre vosotros, si su hijo le pide un pez, le dará una serpiente en lugar del pez? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?
 
Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que le piden?».