Lunes 18 de Agosto de 2025 | Aguascalientes.

Aguascalientes, donde el talento apunta a la NASA, pero el camión aún no pasa

Sísifo | 10/07/2025 | 11:15

Aquí estamos otra vez. En Aguascalientes, esa pequeña Suiza del altiplano mexicano, donde el sol cae parejo, los árboles pelean por sobrevivir y los políticos se disputan los cargos públicos como si fueran boletos dorados para el cielo… o al menos para la próxima nómina.
 
Y es que hay algo mágico en este lugar: mientras nuestros jóvenes viajan a Singapur a resolver ecuaciones que dejan perplejos a los genios asiáticos, aquí seguimos sin resolver cómo diseñar una ciclovía que no termine en una banqueta. O cómo evitar que media ciudad se inunde si llueve veinte minutos seguidos.
 
Pero no seamos injustos. Las autoridades sí trabajan. Al menos cuando hay cámaras. Porque no hay operativo de desazolve, jornada rosa, inauguración de cancha o poda de árbol que no merezca su transmisión en vivo, su boletín triunfalista y su selfie de funcionario satisfecho. El problema no es que se hagan esas acciones; es que actúan como si fueran actos heroicos y no, digamos, lo mínimo indispensable.
 
Se les olvida, o fingen olvidar, que el servicio público no se inventó para que les aplaudamos, sino para que aguanten vara. Que el cargo no es premio ni vitrina, sino responsabilidad. Pero claro, si uno ve las redes sociales de cualquier dependencia local, pareciera que gobernar es una serie de Netflix donde todos son protagonistas... y el pueblo solo un fondo de pantalla.
 
Y aún así, Aguascalientes sigue siendo, contra todo pronóstico y a pesar de sus gobernantes de “selfish” ( sic) y eslogan, uno de los mejores lugares para vivir en México. ¿Paradoja? No. Herencia. Esto no es producto de los últimos tres o seis años. Es resultado de décadas de estabilidad, trabajo institucional, cultura del orden y, sí, cierto conformismo ciudadano que a veces raya en el estoicismo.
 
Tenemos jóvenes colaborando con la NASA y participando en olimpiadas internacionales. Es decir, el talento existe, crece, florece… pero muchas veces lo hace a pesar de las condiciones, no gracias a ellas. Lo educativo, lo cultural, lo cívico —eso que de verdad cambia una ciudad— sigue sin ser la prioridad. Porque eso no se puede cortar con listón ni subir a TikTok.
 
Y para muestra reciente, lo que ocurre con el Instituto Cultural de Aguascalientes (ICA). Lo que debería ser motor y símbolo del desarrollo artístico estatal, ha sido exhibido por opacidad, conflictos internos y decisiones más políticas que culturales. La columna de ayer en dejó claro que hay un mal manejo de este tema, que nadie ha querido asumir de frente. ¿Y la respuesta oficial? Silencio administrativo y poses de dignidad herida. Pues no. Aquí lo que se espera es que apechuguen, reconozcan, y demuestren con hechos, no con comunicados o mensajes de amor.
 
Nadie espera gobiernos perfectos. Pero sí autoridades que den la cara cuando algo se descompone. Gobernar no es evitar la crítica, es merecerla y responder con soluciones, no con excusas.
 
Mientras tanto, seguimos en una ciudad donde puedes encontrarte con un estudiante que está desarrollando software aeroespacial… pero tiene que pedir ride porque el camión de la ruta 6 nunca pasó.
Donde el potencial humano supera con creces la capacidad burocrática. Donde los ciudadanos viven en el siglo XXI… y algunos gobiernos apenas se asoman al XX.
Aguascalientes no es milagro. Es mérito acumulado. Y como todo capital, puede agotarse si se le deja en manos de quienes creen que gobernar es posar, no resolver.
Así que menos aplausos, más soluciones. Porque aquí nadie está para celebrar que no se inunden las calles. Estamos para exigir que no se inunden nunca.
 
 
Hasta aquí subió la roca.
 
Por: Sísifo