El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este lunes que está evaluando exenciones arancelarias para aliviar la presión sobre las empresas automotrices mientras reconfiguran sus cadenas de suministro.
En declaraciones desde la Oficina Oval, Trump indicó que estas medidas buscan dar tiempo a las compañías para adaptarse y fabricar más piezas en Estados Unidos.
“Estoy considerando algo para ayudar a algunas empresas automotrices que están cambiando a partes fabricadas en Canadá, México y otros lugares. Necesitan un poco de tiempo porque van a producirlas aquí”, afirmó.
Cuestionado sobre posibles exenciones para productos de Apple, Trump no ofreció detalles, pero defendió su enfoque flexible en la política arancelaria.
“Soy una persona muy flexible. No cambio de opinión, pero soy flexible. A veces hay que rodear, pasar por debajo o por encima del muro”, dijo, mencionando al CEO de Apple, Tim Cook, y asegurando que no busca perjudicar a nadie.
Mantiene los cambios frecuentes en su política arancelaria
Esta posible excepción para el sector automotriz es el último ajuste en una política arancelaria que ha sido cambiante. En meses recientes, Trump anunció aranceles a Canadá y México, pero los pospuso un mes y luego eximió a muchos productos cubiertos por el acuerdo comercial de 2020, incluyendo automóviles.
También impuso un arancel base del 10% a todas las importaciones y aranceles “recíprocos” más altos a países como Japón, Corea del Sur, China, India, Tailandia y la Unión Europea, aunque posteriormente redujo los aranceles recíprocos al 10% por 90 días, salvo para China, para facilitar negociaciones.
Además, Trump ha implementado aranceles específicos para los sectores automotriz, del acero y el aluminio, y anticipó que pronto se anunciarán gravámenes a semiconductores, lo que podría afectar diversos dispositivos electrónicos.
El presidente insiste en que los aranceles incentivarán a las empresas a trasladar su producción a Estados Unidos, impulsando el empleo y la economía. Sin embargo, expertos y algunos republicanos advierten que estas medidas podrían disparar los precios para los consumidores.