La pausa de un mes negociada entre México y Estados Unidos para la aplicación de aranceles no diluye la incertidumbre sobre cómo temas comerciales serán la moneda de cambio para problemas como la migración y el fentanilo, consideraron especialistas y el sector privado.
Mónica Lugo, directora de Relaciones Institucionales en Prodensa, consideró que el plazo establecido es poco para implementar soluciones concretas.
Además de que no despeja la posibilidad de que en un mes nuevamente se genere la incertidumbre o se exijan nuevas medidas.
"Me parece que no es suficiente, un mes no es nada, esto genera mucha incertidumbre para todos, porque qué pasara nuevamente en un mes, qué otra condición o concesión va a querer Trump, así nos podríamos ir mes con mes.
"Es algo bueno, pero me hubiera gustado ver algo más a largo plazo, que se quiten definitivamente los aranceles, porque cada mes es algo que va a generar más incertidumbre", dijo la ex negociadora del T-MEC en entrevista ayer.
Para Lugo es indispensable que, a lo largo de las conversaciones, México exija que los temas comerciales queden fuera de las negociaciones sobre temas de seguridad, especialmente en el marco de la próxima revisión del T-MEC en 2026.
Turenna Ramírez, socia líder del Área de Comercio Internacional Aduanas y Regulatorio de Holland & Knight, consideró que la resolución que se dio para México era previsible, ya que Donald Trump ha comprobado que esta estrategia le funciona.
Por lo tanto, es probable que siga relacionando su agenda política a temas comerciales.
"La forma en la que Trump tiende a negociar es así, llevando al límite, al extremo, cualquier tipo de negociación en la que sabe que tiene un margen de negociación amplio.
"Y en el último de los casos tiene muy medido el riesgo y el impacto económico de implementar estas medidas", señaló la experta en entrevista.
Tanto Ramírez como Lugo coincidieron en que un mes será poco tiempo para lograr disuadir por completo los riesgos arancelarios y alcanzar acuerdos definitivos.