Yari Mejía confirma que el reality La Más Draga se ha convertido en un territorio capaz de transformar narrativas, romper silencios y reclamar espacios que antes parecían lejanos, ya que la séptima temporada del reality show exhibe destrezas escénicas y revela un movimiento que ha crecido de forma inesperada.
Con el fin de celebrar la diversidad, hoy se realiza el concierto por el Día del Sida en el Monumento a la Revolución, que incluye presentaciones del elenco de La Más Draga, Fey, Christian Chávez, Rocío Banquells, Manoella Torres, entre otros.
"Es básico y súper importante ser parte de este evento porque en el programa llevamos varias historias de viva voz. Varias 'feminosas' (participantes del reality) han compartido su situación y su historia con respecto al VIH. Va de la mano con nosotros el siempre apoyar y estar pendientes con ellas de todo lo que necesitan porque es un tema que se vive cotidianamente.
"Hay que prevenir, compartir y publicarlo para que las infancias sean mucho más precavidas y tengan los cuidados adecuados, sepan que hay un tratamiento, que no pasa nada, tienen el apoyo y están respaldados por alguien", dijo Mejía, en entrevista.
La presencia del drag en este encuentro no es un adorno festivo; es un recordatorio de luchas compartidas y de una comunidad que sigue buscando la visibilidad desde la escena.
"Hay dragas súper mexicanas que dan a conocer en México, Latinoamérica y en otras partes del mundo nuestra cultura y nuestro folclore. En el programa nos ven en muchas partes del mundo, en Alemania y Japón, un montón de lugares que nosotros jamás imaginamos poder llegar", reflexionó.
La final de esta edición será el 16 de diciembre en la Arena CDMX, donde cada participante deberá mostrar su equilibrio entre autenticidad y la rigurosidad técnica que exige el reality ante la mirada de los jueces, incluida la de Mejía.
