Buen día, estimados lectores. Ayer se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, una fecha cuyo origen es más profundo de lo que la inercia mediática suele recordar.
En 1981, durante el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe en Bogotá, activistas de toda la región acordaron dedicar el 25 de noviembre a la denuncia pública contra la violencia hacia las mujeres, en memoria de las hermanas Mirabal, asesinadas en República Dominicana en 1960 por la dictadura de Trujillo. Un símbolo de resistencia que no debería diluirse entre hashtags ni discursos huecos.
A diferencia de las grandes mareas del 8M, la jornada de ayer no estuvo marcada por movilizaciones masivas, sino por actos conmemorativos dispersos, sobrios, necesarios. Ojalá funcionen como recordatorio y como advertencia de que la violencia no es una abstracción ni un asunto de temporada; es una realidad que debería convocar a todos, más allá del género. Y, ya que estamos en estos temas, también sería deseable que ciertos voceros y comentócratas, tan dados al estruendo desde los micrófonos que ocupan un día sí y otro también, se tomaran la molestia de informarse mínimamente antes de opinar y de contribuir, sin querer o queriendo, al deterioro del clima político del país y del estado… y, dicho sea de paso, al extravío del movimiento que prometió transformación.
La Audiencia Pública en Aguascalientes: entusiasmo con poca luz
Por otro lado, ayer tuvo lugar en la capital hidrocachonda la Tercera Audiencia Pública para la Reforma Electoral, un ejercicio que, en el papel, fue plural, democrático y respetuoso. Ante un pequeño auditorio, se escucharon propuestas ciudadanas sobre temas como voto digital, fortalecimiento del sistema electoral nacional, acciones afirmativas, libertad de expresión y el papel de las instituciones electorales en la democracia.
En esta ocasión encabezó el encuentro José Merino, titular de la Agencia de Transformación Digital del Gobierno Federal. Un funcionario que, por diseño político del nuevo gobierno de Claudia Sheinbaum, empieza a ocupar un lugar central en la transición hacia lo digital en la vida administrativa federal.
Llama la atención que sea desde esa trinchera tecnológica donde se tome la batuta en un tema tan delicado como la reforma electoral. Quizá es señal de que la modernización llegará, más temprano que tarde, también a las urnas.
Lo lamentable fue el carácter cerrado y la escasa difusión del foro. Ahí es donde los morenos de las aguascachondas vuelven a tropezar: desperdiciaron la oportunidad de atraer, aunque fuera como oyentes, a cientos de jóvenes universitarios que necesitan ver que el llamado “segundo piso” de la Cuarta Transformación no está compuesto únicamente por políticos trasnochados y rijosos, sino también por cuadros con visión de Estado.
Pero no. Se perdió el momento. Y mientras tanto, los tres grupos locales seguirán golpeándose entre sí, como lo han hecho durante los últimos años, al grado de que la presidenta no pudo ganar la elección en Aguascalientes; y donde, si siguen en esa tónica rijosa y endogámica, no habrá forma de que la 4T llegue a ser gobierno local en nuestro estado.
Fiscalía, sociedad civil y la orfandad de la política interna
Cerramos con la polémica recién desatada entre la Fiscalía y algunos grupos de la sociedad civil. Un episodio más de la descoordinación que caracteriza a la política interna local. Parece que a varios servidores públicos lo único que les importa es encontrar la siguiente liana rumbo al 2027.
El caso de la Secretaría General de Gobierno es emblemático: se necesita un perfil capaz de meter las manos en el fuego, no de administrarse desde la tibieza. Con funcionarios más preocupados por seguir gobernando la tierra de “las brujas” y por acumular patrimonio en Aguascalientes y estados cercanos que por solucionar problemas reales, es difícil imaginar una conducción firme de la gobernabilidad.
Y así llegamos al tema de fondo:
¿No hay en Aguascalientes personas con el perfil adecuado para ocupar cargos clave?
Porque, en designación tras designación, se repite el mismo patrón. En el caso de la procuración de justicia, desde la coordinación jurídica, el Poder Judicial y la Fiscalía estatal, todo está en manos de foráneos con poco arraigo en Aguascalientes.
Digo, la Gober no nació en las aguascachondas, pero desde joven se formó en nuestra tierra.
Qué pena, en verdad, que en su propio estado natal los ciudadanos sean vistos como incapaces de dirigir un sinnúmero de responsabilidades públicas en temas de suma importancia como este.
Aquí dejo esta nueva roca.
Usted decida quién la empuja y quién solo estorba.
Sísifo volverá, como siempre: para observar, cargar y señalar.
