Rosalía presentó su álbum LUX, una obra de 18 temas grabada con la Orquesta Sinfónica de Londres, que marca un cambio profundo hacia lo espiritual en su carrera musical. En este disco, explora conceptos como la mística femenina, la fe, la transformación personal y su búsqueda interior.
La artista ha dicho en entrevistas que LUX nace de un “deseo de acercarse más a Dios” y reconoce que, aunque no lo ha “encontrado del todo”, hay una sed interna que este mundo no sabe saciar. Algunas canciones como “Dios es un stalker” o “Mio Cristo Piange Diamanti” colocan a Dios en el centro de su reflexión artística, generando un debate público sobre la fe en su música.
El origen del diálogo inusual entre la música popular y la Iglesia católica proviene de Mons. Xabier Gómez García, O.P., obispo dominico de Sant Feliu de Llobregat, quien decidió enviarle una carta abierta a Rosalía.
Mons. Xabier se sintió conmovido por la intensidad espiritual del álbum LUX. En su carta, hecha originalmente para la hoja dominical de su diócesis, describe su gesto como “lanzar un mensaje en una botella al mar”: admite que no la entiende del todo, pero expresa su deseo de hacerlo.
El obispo resalta que Rosalía vive el arte como una “peregrinación hacia lo que trasciende” y valora su sed interior, esa búsqueda que Rosalía plasma en sus letras. Desde la tradición dominicana, él busca acompañarla y dialogar sobre su fe, no desde una autoridad moral, sino con escucha y respeto.
La propia Rosalía confirmó públicamente la recepción de la carta durante una entrevista en el programa La Revuelta de RTVE. Contó que fue su abuela quien le hizo llegar el mensaje del obispo y que ella estaba emocionada, porque ver mencionada a la cantante en la hoja dominical le pareció un gesto profundo.
En esa misma aparición mediática, Rosalía llevaba un rosario colgado al cuello, una imagen que muchos interpretaron como un signo de que la dimensión espiritual en su vida y en su música no es un simple recurso estético, sino algo que la mueve de forma auténtica.
