Este estratovolcán roza los 2.700 metros de altura y se mantiene activo desde hace más de 200 años. Podría ayudar a averiguar si en Marte se dieron las condiciones para la vida.
Desde el espacio, las imágenes del Earth Observatory de la NASA muestran una superficie desolada, sin rastro de vegetación, rodeada de selva tropical. Este contraste lo convierte en un enclave geológico único, y a la vez, en un modelo natural para estudiar la posible existencia de vida en entornos extremos similares a los del Marte antiguo. La laguna más ácida del planeta En la cima del volcán se encuentra la Laguna Caliente, un lago de un kilómetro y medio de diámetro con un pH cercano a cero, comparable al del ácido de una batería. Las altas temperaturas y la acidez extrema impiden la vida animal o vegetal visible, pero en sus aguas se desarrolla una comunidad microbiana altamente resistente. Según la microbióloga Rachel Harris, de la Universidad de Harvard, “el sistema del Poás puede parecer hostil, pero para los microorganismos adaptados al calor, la acidez y los metales tóxicos, es un verdadero paraíso”. Los investigadores han identificado bacterias del género Acidiphilium, que prosperan alimentándose de compuestos metálicos presentes en el agua, un fenómeno de gran interés para la astrobiología. Los científicos comparan el entorno del Poás con el terreno conocido como Home Plate en Marte, una zona estudiada en 2009 por el róver Spirit. Ambos presentan sistemas hidrotermales ácidos con condiciones muy similares. Ya en 2022, un estudio mostró que la baja biodiversidad y la gran resistencia de los microorganismos del Poás coinciden con lo que se espera de los ecosistemas marcianos primitivos. De acuerdo con el Programa Global de Vulcanismo del Smithsonian, el volcán ha tenido 13 fases eruptivas menores desde 2005. La más reciente, iniciada en enero de 2025, afectó la calidad del aire en San José y dañó cultivos cercanos debido a la caída de ceniza y la emisión de gases sulfurosos.A 2025 satellite photo captures the stark contrast between the barren Poás volcano and the surrounding Costa Rican jungle. The volcano's super-acidic lake provides the perfect analog for studying how hardy microbes may have emerged on Mars billions of years ago.…
— Live Science (@LiveScience) November 11, 2025