El primer ministro en funciones de Kosovo, el nacionalista Albin Kurti, fracasó definitivamente este domingo en su intento de formar un gobierno surgido de las legislativas de febrero, con lo cual aumenta la posibilidad de que el país tenga que celebrar nuevas elecciones.
Kurti, que encabeza el gobierno desde 2021, no logró un socio para acordar una coalición gobernante con suficiente apoyo parlamentario en el plazo previsto, que concluyó hoy, con una votación en el Parlamento en la que sólo obtuvo el voto a favor de 56 de los 120 diputados de la Cámara, en una sesión televisada en directo por la emisora pública TV RTK.
Según la Constitución de Kosovo, la presidenta del país, Vjosa Osmani, debe ahora encargar a los líderes de la oposición la formación del nuevo Ejecutivo. Si ninguno de ellos consigue el apoyo necesario, se verá obligada a convocar elecciones parlamentarias anticipadas.
"Ninguno de los partidos parlamentarios que invitamos ha aceptado entrar en el gobierno", declaró Kurti en su discurso en el Parlamento antes de la votación, e invitó a los diputados a apoyarle.
El partido de Kurti, 'Autodeterminación', ganó las elecciones generales del 9 de febrero con 48 de los 120 escaños de la Asamblea, a trece de la mayoría absoluta.
Tras esos comicios, Kosovo, una antigua provincia serbia que declaró su independencia en 2008 sin que Belgrado la reconozca, entró en un estancamiento político debido a las disputas entre los partidos que impidieron durante meses la constitución del nuevo Parlamento.
Varios medios de comunicación y comentaristas políticos prevén la vuelta a las urnas para diciembre o enero próximos.
Tras las elecciones de febrero, Kosovo pasó gran parte de 2025 en un estancamiento político, con retrasos en la formación de las nuevas instituciones.
Desde que asumió el poder en 2021, Kurti se ha enfrentado frecuentemente con la Unión Europea (UE) y la OTAN por su postura intransigente hacia Serbia.
Las tensiones aumentaron aún más después de que Kosovo aboliera el dinar serbio en las zonas del norte pobladas mayoritariamente por serbokosovares, impusiera el euro como moneda única, prohibiera las matrículas serbias en los automóviles y cerrara las instituciones respaldadas por Belgrado.
En 2023, la UE, tras considerar las acciones de Kurti como desestabilizadoras, impuso sanciones, congelando fondos y suspendiendo la participación de Kosovo en foros internacionales.