En Poza Rica, hasta antes de que el lodo y agua estancada sea un escenario que miles de pobladores padecen desde el pasado 10 de octubre, la ciudad petrolera comenzaba a levantar su economía.
	 
	 Clementina Gutiérrez, empresaria hotelera y presidenta de la Coparmex en la ciudad, aseguró a Grupo REFORMA que en esta zona del norte de Veracruz el impacto de hace 9 días paralizó en cuestión de horas una economía que llevaba años buscando estabilidad.
	 
	 "Después del tema petrolero, vino la pandemia, luego el huracán 'Grace'. Ahora, cuando apenas empezábamos a ver movimiento económico, nos vuelve a golpear esto", lamentó.
	 
	 El agua no sólo anegó calles, sino también el ánimo de cientos de pequeños y medianos empresarios -los motores de la región- que perdieron maquinaria, inventarios y locales completos.
	 
	 "El daño y el impacto es considerable, es grande", enfatizó, "los negocios están parados y su misma gente está sin entradas, no hay liquidez".
	 
	 Sin embargo, la empresaria reconoció que, por ahora, la prioridad no es levantar cortinas, sino limpiar casas.
	 
	 "Estamos enfocados 100 por ciento al tema humanitario", afirmó.
	 
	 Desde el inicio de la contingencia, Coparmex y el Club Rotario han articulado redes de apoyo para entregar víveres y herramientas de limpieza, explicó. Aún antes que las autoridades.
	 
	 "Lo primero es que las familias puedan entrar a sus casas y dormir bien en sus techos. El tema de la limpieza está siendo bastante complicado, lleva su tiempo", explicó.
	 
	 Clementina Gutiérrez espera la llegada de más maquinaria y operadores de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, mientras que el Ejército y la Guardia Nacional mantienen activo el Plan DN-III-E, retirando lodo y escombros.
	 
	 "Por todas las calles se ve el equipo que han mandado. Eso ayuda muchísimo para que la gente pueda limpiar y recuperar algo de normalidad", comentó.
	 
	 Coparmex prepara un censo empresarial para dimensionar las pérdidas, aunque aún es pronto para cuantificarlas.
	 
	 "Primero tenemos que atender la emergencia. Después levantaremos ese censo para saber cuánto y cómo impactó esto a la economía local", señala.
	 
	 'Ya empiezan los olores' La empresaria advierte que los riesgos no han terminado.
	 
	 "Ya empieza el Sol, los olores, los gases. El lodo provoca enfermedades. Por eso estamos pidiendo que en vez de ropa, la ayuda llegue con medicamentos", alertó.
	 
	 A pesar del golpe, la empresaria subrayó la solidaridad mostrada por la sociedad civil y los cuerpos de emergencia.
	 
	 "No nos sentimos abandonados, al contrario, muy apoyados. Ha fluido la ayuda por todos lados", aseguró.
	 
	 "Hay lugares que no están en Poza Rica, como en Álamo, donde las comunidades pequeñas tienen difícil acceso. También ahí debemos hacer que la ayuda llegue", pidió.
	 
	 La empresaria plantea que el desastre debe dejar una lección: la necesidad de rediseñar la infraestructura pluvial y urbana.
	 
	 "Es urgente revisar la planeación, los sistemas de drenaje, la infraestructura. Queremos participar en ese diálogo con propuestas y visión de desarrollo sostenible", propone.
	 
	 "El cambio climático está impactando tremendamente y no avisa. Si ya sabemos que esto puede suceder, debemos estar preparados. Cada año va a ir en aumento y no está perdonando", advierte.