Hoy 19 de octubre la Iglesia celebra el Domund, es decir, el Domingo Mundial de las Misiones. Una jornada dedicada a orar por aquellos que laboran en tierras de misión, pero también es el momento de crear conciencia y ayudar de manera material a solventar las misiones que tiene la Iglesia a lo largo del mundo.
Siempre he pensado que el bien que realiza la Iglesia no siempre se alcanza a apreciar, y qué bueno que así sea, sino, ¿cómo hacer vida el ideal de Jesús cuando nos enseña la importancia de que nuestra mano izquierda no sepa lo que hace la derecha? Sin embargo, es necesario reconocer que la Iglesia como “maestra de humanidad”, a lo largo del tiempo ha realizado mucho bien entre las personas, ayudando no sólo en cuestiones materiales, sino también en aspectos concernientes al área de la salud o de la educación.
Si bien la ayuda de la Iglesia en estos rubros ya sea poca o mucha ha ayudado en cierta manera de muchas personas debemos afirmar que la labor principal que la Iglesia está llamada a realizar es la predicación del evangelio a todas las personas. Las acciones en favor de la educación, de la sanidad o creación de cierta infraestructura no es más que la consecuencia de la predicación del evangelio.
Cierto es que este Domingo Mundial de las Misiones, queremos dirigir nuestra mirada de manera especial a quienes trabajan en zonas de misión. Aquí en México zonas como Tarahumara, la Prelatura del Nayar o los Mixes en Oaxaca son consideradas lugares de misión. En algunos países la misión cobra una notoria dificultad pues existen personas que nunca han escuchado hablar de Jesucristo, a esta misión se le conoce como “Ad gentes”.
A la luz de este Domund, vale la pena considerar que ninguno de nosotros debemos sentirnos excluidos de la misión. Jesucristo el misionero por excelencia por ser Él el enviado por el Padre, nos invita a todos nosotros a ser misioneros, Él nos envía a los pueblos y ciudades a predicar la buena noticia que sólo el evangelio nos puede dar
El papa Benedicto XVI en su encíclica Spe Salvi nos dice: “el mensaje cristiano no es solo «informativo», sino «performativo». Eso significa que el Evangelio no es solamente una comunicación de cosas que se pueden saber, sino una comunicación que comporta hechos y cambia la vida”. San Francisco Javier le decía en su oración: “Señor, aquí me tienes; ¿qué quieres que haga? Envíame donde tú quieras, aunque sea hasta la India.”
Tal vez no vayamos a zonas de misión pero esto no nos excluye de ser misioneros, pues lo somos en la medida que somos capaces de vivir el evangelio.
