Lunes 13 de Octubre de 2025 | Aguascalientes.

Un santo desposado con la pobreza

Rodrigo Macías Mora | 05/10/2025 | 11:34

El día 04 de octubre celebramos en la Iglesia a uno de los santos que a lo largo de la historia han sido parteaguas debido a su ejemplo, me refiere a san Francisco de Asís. El ejemplo de san Francisco ha sorprendido a lo largo de los años a católicos y no católicos. Su ejemplo de entrega y deseo de ser “evangelio viviente”, se hicieron en él una bella realidad.

Sin duda que uno de los aspectos que más impresionan de la vida de este santo es su espíritu de pobreza y desprendimiento. Francisco perteneciente a una clase acomodada pues su padre era vendedor de telas finas fue capaz de desprenderse de todo incluso de su ropa tal y como lo cuenta la biografía con la intención de marcar en su vida una etapa distinta: la etapa de seguimiento radical a Cristo.

Francisco se desposa con la Dama Pobreza, es decir opta por la pobreza como un estilo de vida que le permite acercarse más a Jesús. Si Cristo es pobre, Francisco también quiere serlo. ¿Qué nos enseña la pobreza de Francisco? La opción por la pobreza de Francisco es el resultado de un corazón profundamente enamorado de Dios. Su opción no es un desprecio de lo material simplemente es una opción que le permite colocar en el lugar que realmente les corresponde a las cosas materiales, y lo hace con la intención de asegurar que él será todo de Dios.

El ejemplo de Francisco trasciende porque en su vida vemos no a un loco romántico como quizá algunos han pretendido hacer creer, sino que en él vemos a una persona profundamente enamorada de Dios.  Al pensar en Francisco, el hermano de todos, pensamos en la relación que guardamos respectos a los bienes materiales. Los evangelios de los últimos domingos han puesto la mirada en ese cuidado que se espera que tenga el cristiano respecto a lo material. No podemos despreciar los bienes materiales ni tratar de huir de ellos como si se trataran de cosas innecesarias y peligrosas.

Los bienes materiales no son malos. Al pensar en San Francisco estoy seguro de que tenemos todos una buena oportunidad para reflexionar acerca de la importancia que le damos a lo material. La renuncia radical de Francisco es una invitación para los cristianos de este tiempo para pensar en la escala de valores que tenemos. Cristo siempre debe estar en el primer lugar de la existencia de nosotros. San Francisco lo expresaba de manera simple pero profunda: mi Dios y mi todo.
San Francisco opta por la sencillez, pero nunca por el desprecio, que en la vida de este gran santo cada uno de nosotros nos demos cuenta de que no podemos ceder a la tentación del consumismo o de un materialismo exacerbado. En la medida que seamos más sencillos nos podremos dar cuenta de la necesidad de tener presente en nuestra vida a Aquel que vale la pena: Dios.