El Capitán Alejandro Torres Joaquín, quien desde la dirección de la Aduana de Tampico encubrió al menos 14 cargamentos de contrabando de combustible, se convirtió en testigo protegido de la Fiscalía General de la República (FGR) en la indagatoria de la red de huachicol fiscal operada por mandos de la Armada.
El 16 de enero pasado, el Capitán Torres -que tiene el nombre clave de "Santos"- fue relevado de la dirección de la Aduana de Tampico y en su lugar fue designado el Contralmirante en retiro Luis Jorge Goicochea Sotomayor.
Antes de salir, un contacto que se identificaba en la aplicación de mensajería Threema como "NK" le habló a Torres para pedirle que dejara a alguien de su confianza como enlace y este le recomendó al Capitán Carlos de Jesús Estudillo Villalobos, quien continuaría como subdirector de Operación.
Lo que acabó con el "proyecto" de "NK", que no era otro que permitir la descarga de huachicol fiscal en la Aduana, fue el aseguramiento del buque Challenge Procyon con 10 millones de litros de huachicol, registrado el 19 de marzo en ese puerto de Tamaulipas.
La incautación puso nerviosos a todos, Estudillo le habló a Torres y este le marcó a "NK", supuesto enlace del Vicealmirante Manuel Roberto Farías Laguna y su hermano, el Contralmirante Fernando Farías Laguna, señalados como los cabecillas de la red de huachicol fiscal en la Marina.
La investigación de la FGR identificó a "NK" como el Capitán de Corbeta retirado Miguel Ángel Solano Ruiz.
"Le avisé a esta persona con su nuevo indicativo 'YR' (antes 'NK') que ya había fracasado el proyecto que tanto mencionó y que la gente que estuvo en las operaciones tienen miedo de su situación, contestándome que se trataba de choques políticos entre el Secretario de Seguridad (Omar García) Harfuch y el hijo del Presidente, pero que ya llegaron un acuerdo y dígale al Capitán Estudillo que no va a pasar nada", relató Torres sobre esa conversación.
Unos días después, en el mismo mes, el ahora testigo colaborador fue citado en la Primera Sección del Estado Mayor General de la Armada para una entrevista sobre lo que estaba sucediendo en la Aduana que había dirigido hasta enero pasado.
Allí lo interrogaron miembros de la Unidad de Inteligencia Naval y habló por primera vez de lo que había sucedido cuando estuvo al frente de la terminal.
Al concluir ese interrogatorio, el Capitán empezó a trazar un plan de salida para lo que venía. Lo primero que hizo fue programar sus vacaciones y llamar a Estudillo, compañero de todas sus confianzas, para pedirle que fuera a un lugar donde tenía escondidos 11.5 millones de pesos en efectivo en Tampico.
El 17 de abril ambos se encontraron cerca de Altamira para la entrega del dinero. Estudillo llegó con dos maletas negras medianas y, en agradecimiento, Torres le regaló un millón de pesos.
"Le mencioné que me iba a entrevistar con ese personaje ('NK') y con los supuestos Jefes para entregarles todo el dinero, sin embargo no fue así", recuerda.
Al día siguiente, el Capitán Torres viajó con el dinero a Veracruz. Cuando iba en carretera, recibió una llamada telefónica de su hijo, quien estaba asustado. En ese momento se enteró que a su esposa le habían marcado de un número desconocido para decirle que él estaba secuestrado.
El Capitán durmió esa noche en Veracruz y al día siguiente partió a Oaxaca, donde al llegar a su casa puso bajo llave las maletas de billetes y luego tomó la decisión de ir a la Fiscalía General de la República (FGR).
"Es por eso que estoy aquí, ahora que puedo para entregar este dinero como un atenuante y declarar los hechos ocurridos, por mi seguridad y de mi propia familia, deseo que esta persona ('NK') sea investigada porque astutamente con otras personas muy seguramente planearon todo desde el tiempo, en que me hacen la invitación para estar en una Aduana", declaró ante la Fiscalía.
"Estoy seguro que debe tener muchos contactos con gente de alto poder y que se ha de escudar de ellos, haciendo sus fechorías con personas ajenas a nuestra institución y ser engatusados como en lo particular lo fui y tal vez de otros compañeros.
"Por eso estoy declarando todo esto y acepto haber cometido el error de no informar desde un principio por el miedo a represalias en mi contra, de mi familia y de la propia gente que estuvo conmigo en Tampico, en la Aduana. Me siento triste, impotente, avergonzado por no haber actuado antes, fui engatusado y manejado por esa persona", señaló a la FGR.