José Miguel Torres | 08/08/2025 | 11:32
Este es el quinto deuna serie de artículos de Narconomía, cuyas premisas son que el comercio de drogas no está exento de los principios de la Economía, que algunos de éstos desafían al sentido común, y que su desconocimiento es causa de errores de política. Seguimos de cerca a Narconomics de 2016 de Tom Wainwright.
Todos los artículos están relacionados, pero de manera especial el 5, éste, y el 6, el siguiente. En éste describiremos dos innovaciones en el mercado de las drogas: el fentanilo y el comercio electrónico. En el sexto nos ocuparemos de los nuevos retos económicos. La división obedece a restricciones de espacio.
Recientemente Jesús Esquivel, especialista en el comercio de drogas entre México y EUA, publicó su libro Los Cárteles Gringos, que él mismo ha presentado de la siguiente manera: “durante décadas el discurso oficial ha presentado a losmexicanos como los grandes villanos del narcotráfico, pero hoy [2025]la crisis del fentanilo obliga a mirar hacia el interior de EUA”.
El fentanilo (en realidad fentanilos: actualmente se habla de 650 mil variedades) es extraordinariamente adictivo y peligroso. Una sola pastilla, con una cantidad diminuta de fentanilo, suele causar adicción instantánea. Dos pastillas pueden causar la muerte enminutos. Es tan tóxico que 100% puro, en polvo o líquido, causa la muerte con el simple contacto. Con la disponibilidad pública en 2021 en EUA del Narcan, un antídoto contra las sobredosis, explotó su demanda.
Por el lado de la oferta, el tráfico de pastillases más fácil de ocultar que el de pacas de cocaína, heroína, o marihuana. Las metanfetaminas se producen en tres pasos: los “preprecursores” (sustancias químicas) se transforman en “precursores”, que a su vez se convierten en “sustancias químicas esenciales” para sintetizar la droga. El fentanilo se ahorra un paso: de los precursores, también conocidos como “cocineros”, se pasa directamente a la droga.
Todos estos cambios han beneficiado no sólo a cárteles mexicanos y a productores y exportadores de precursores de China, sino también a los gringos: la química de los cocineros es simple, y los estadounidenses han empezado a instalar laboratorios en sus casas.
Por si los avances químicos anteriores no fueran suficientes, en el artículo 4 adelantamos que el comercio de drogas también se ha beneficiado de grandes avancesen computación, por no decir que la computación ha sido bendecida por problemas de vendedores y consumidores de drogas.
Después de inventar el Internet, no pudimos resistir por mucho tiempo la tentación de empezar a usarlo para vender y comprar. La primera venta en la web, le versión amigable del Internet para la mayoría de la gente, ocurrió en 1994. Hay quien dice que se trató de un disco de Sting, otros que fue una pizza de Pizza Hut. Menos incierto es que lo primero en negociarse a travésdel Internet,a principios de los 1970s y antes de quefueratan amigable, fue la marihuana. Las partes involucradas fueron dos estudiantes, uno del Instituto Tecnológico de Massachusetts y otro de la Universidad de Stanford, en el corazón de Silicon Valley.
Kenneth Arrow (1921-2017) fue uno de los gigantes de la Economía del siglo XX, y en una entrevista hacia el final de su vida dijo que si en ese momento estuviera iniciando su carrera, se hubiera enfocado en el tema de nuestro artículo 4: Economía de la Información. Desde su oficina en el Departamento de Economía de Stanford tenía muy claros los grandes retos económicos del ascenso de Silicon Valley.
Como también vimos en Narconomía IV, en el mercado de las drogas un perfil bajo es crucial, y no han titubeado en recurrir a las tecnologías más sofisticadas en busca del anonimato: conozcamos a TOR y Bitcoin.
Existe todo un espacio virtual fuera del alcance de los navegadores populares como Chrome o Safari: la Dark Web. Es amado por disidentes políticos, espías, periodistas, y comerciantes. Pero no se trata de comerciantes ordinarios: pornografía, asesinatos, armas, datos robados de tarjetas de crédito, dinero falso, identificaciones falsas, y, no sorpresivamente,drogas. Requiere navegadores especiales, y uno de los más populares es TOR, inventado en 2008 por militares de EUA. TOR significa The Onion Router, El Enrutador Encebollado: no se llega directamente a un sitio web, sino sólo después de brincar por varios servidores, creando así capas de secrecía electrónica, como una cebolla. El resultado final es que es fácil navegar anónimamente.
¿Y los pagos? No hay problema: Bitcoins. De hecho, el Bitcoin debe mucho de su ascenso al comercio en la Dark Web. Ciertamente todavía es un poco tedioso y riesgoso el uso de criptomonedas, pero a juzgar por su enorme popularidad, los cibernautas parecen estar felices de pagar este costo por el anonimato.
Muchos de los retos económicos abiertos por el fentanilo y el comercio electrónico permanecen abiertos, y dejaremos su análisis para el siguiente artículo de esta serie sobre la fascinante, y terrorífica, Economía de las drogas, donde seguiremos compartiendo algo del conocimiento también fascinante, pero no terrorífico, de los economistas.