Domingo 17 de Agosto de 2025 | Aguascalientes.

'Entre observadores, hacedores… y operadores'

Sísifo | 07/08/2025 | 11:28

Mis queridos lectores de este acelerado tiempo político,

Les pido que no se me ofendan… aunque sé que estas líneas, particularmente, caerán mal entre los blanquiazules más sensibles. Pero en esta danza, en la que todos quieren un lugar en la pista, no se trata de ganar o perder, sino de estar en boca de todos, aunque sea por morbo, por cálculo… o por descaro.

Y hablando de descaros: mañana viernes 8 de agosto, en Ficotece, hay evento de gala.

En el Antiguo Taller de Laminación y Troquelado No. 39, se llevará a cabo un acto con nombre de imperativo cívico:

“Hágalo por Aguascalientes”.

Pero no se engañe, lector. Este no es un evento ciudadano.
Es el primer destape formal de Quique Galo, y con él, el arranque de una contienda que promete más recovecos que la mismísima caja negra que este personaje arrastra desde hace tiempo.

Sí, la caja negra. Esa que no se abre, pero de la que todos hablan.
Esa que carga historias que no caben en boletines ni en discursos de unidad.
Una caja que incomoda, pero que también seduce a quienes están más interesados en el poder que en la transparencia.

Y es que el destape de Galo no viene solo.No es un destape azul, al menos no puramente.

Es un destape manchado de tricolor, respaldado con entusiasmo —y con codicia— por el sector más rancio, más podrido y más clientelar del PRI, ese que sigue vendiendo 10 mil votos como si fueran las últimas gotas de agua en el desierto electoral. Que digo agua… ¡oxígeno político!

Porque sí: hay que decirlo claro.

Mientras algunos panistas siguen fingiendo que tienen el control, la operación real la está haciendo el priismo fósil, el que aún cree que una elección se gana con listas recicladas, operadores de antaño y maletines llenos de promesas vencidas.

Y en medio de esto, los azules “de verdad” se sienten traicionados.
En los pasillos del edificio del comité estatal azul, se escuchan susurros cada vez más estridentes:

“Ni con Carlos estos tenían tanto…”

Y no lo dicen por nostalgia, lo dicen porque se están quedando fuera del juego.
Porque lo que viene no es una candidatura panista, sino una imposición que huele a pacto viejo, a negociaciones de cantina, a reciclaje de lo peor de la política local.

Ahora bien, tampoco caigamos en simplismos.
Quique Galo no es ningún improvisado.

Tiene estructura, tiene oficio, tiene carisma, y algo aún más importante en esta época de política superficial: tiene hambre y capacidad de ejecución. Su camino no ha sido accidental ni oportunista. Hay trabajo detrás, hay operación, y hay visión.

El problema aquí no es Galo en sí mismo.El problema es cómo y con quién está llegando.

Porque cuando una candidatura necesita aliarse con quienes han vivido de exprimir presupuestos y vender elecciones como si fueran mercancía, es porque no confía ni en sus propias bases.

Y entonces, la gran pregunta:

¿De verdad esto es lo que el PAN quiere mostrar como renovación?

La respuesta parece estar en esa falsa sonrisa de unidad que veremos mañana, cuando los operadores tricolores aplaudan, se abracen con los panistas renegados, y digan frente a las cámaras que esto es “por Aguascalientes”.

Pero nosotros sabemos que no.

Sabemos que esto es por intereses, por cuotas, por control.
Y que si no se detiene a tiempo, esas manzanas podridas del PRI terminarán echando a perder toda la cosecha azul.

Mientras tanto, el duende verde, siempre callado pero siempre presente, observa.
Y aunque aún no se deja ver, sigue siendo opción: para la no. 1, para los morralla… y para quienes terminen hartos de un PAN secuestrado por el PRI más cínico.

Así que, queridos lectores, mañana véanlo bien:

No será un evento político más.

Será una radiografía del estado terminal del panismo tradicional, entregado sin pudor al dinosaurio que decía combatir.

Porque sí, hay dos tipos de personas:

Quienes observan…

Y quienes hacen.

Y los que operan desde las sombras… siempre hacen que todo termine igual.

Hasta la próxima, desde este Lunar Azul, con tintes tricolor.

Hasta aquí subió la roca.