Lunes 18 de Agosto de 2025 | Aguascalientes.

Narconomía para Principantes III: la gente de las drogas: genios prácticos

José Miguel Torres | 25/07/2025 | 14:10

Este es eltercerodeuna serie de artículos de Narconomía, cuyas premisas son que el comercio de drogas no está exento de los principios de la Economía, que algunos de éstos desafían al sentido común, y que su desconocimiento es causa de errores de política. Seguimos de cerca a Narconomics de 2016 de Tom Wainwright.

Friedrich Hayek, un economista de la gran escuela de Economía de la Universidad de Chicago, nos enseñó que, con una buena educación económica, el sólo observar precios de transacciones comerciales puede hacernos revelaciones sorprendentes tanto sobre el vendedor como sobre el comprador. En el mismo espíritu, Alvin Roth, otro economista, habla de la Economía como “chisme refinado”.

En el primer artículodijimos que en 2016 el costo de la materia prima de 1 kilo de marihuana era 800 dólares y que se vendía por 5 mil, una ganancia de500%. Del segundo artículo, los números para la cocaína son 385,122 mil, y 30,000%, respectivamente.En el segundotambién tratamos los riesgos del negocio.Ahora vamos a hablar de los hombres que lo hacen una realidad. Para empezar, Wainwright describe a los miembros de los cárteles como con pocas calificaciones formales y caprichosos, peronotontos.

En su El Manual del Ciudadano Contemporáneo, la escritora Ikram Antaki hablaba de dos tipos de inteligencia: teórica y práctica, razón y astucia. Tan importante era la segunda para los antiguos griegos, que tenía su propia diosa: Metis, la primera esposa de Zeus. Sus símboloseran Ulises, experto en todo tipode trampas;el zorro, con casas con varias puertas; y el pulpo, que cambia de color, confunde, y tiene tentáculos. Astucia es la inteligencia del cazador, del carpintero, del navegante, del político, y, especialmente importante para nosotros, del comerciante. No se puede aprender en libros, sólo a través de la experiencia, y por esto los filósofos griegos la despreciaron (sentimiento que sigue perfectamente vivo en no pocas de nuestras universidades, por cierto). Perola astucia es necesaria para ganar en el campo… y las no pocas historias de éxitode los narcotraficantes parecen atestiguar su inteligencia práctica.

Ciertamente las pocas calificaciones formales que suelen caracterizar a la gente de la industria de las drogas tienen sus desventajas, entre los que destacan sus tendencias a los caprichos y a cometer ciertos errores tontos. Pero, de nueva cuenta, los cárteles de las drogas no son asociaciones de tontos.Consideremos, por ejemplo,sus procesos de reclutamiento y retención.

Para disuadir a candidatos no serios y fortalecer los sentimientos de lealtad, no es raro imponer costos de entrada yritos de iniciación.También se presta atención a la afinidad racial y étnica: entre mejor conozcamos a alguien, es más fácil chantajearlo.Al momento de reclutar, también se hacen cuidadosas recopilaciones de datos delos seres queridos delos candidatos, para desalentar traiciones.

Como en el Hotel California, se puede entrar en cualquier momento, pero nunca salir… al menos vivo. Por elnivel de civilidad, hay proclividad a acosar a los inferiores. Por esta razón, por ejemplo,el organigrama de La Nuestra Familia, una banda carcelaria de asesinos de los 1960s de California, tenía 4 niveles bien definidos (soldados, tenientes,capitanes, ygeneral), y los superiores siempretenían abiertas las puertaspara escuchar denuncias de cualquiera de los de abajo. No siempre fue así: originalmente, estos problemasse solucionaban asesinando al superior.Sobre los beneficios, La Nuestra Familia, con servicios de extorsión, secuestro, y narcotráfico dentro y fuera de la cárcel, repartía los ingresos como sigue: 60% para el preso y la cárcel, y el resto para la familia del preso.

Aún más, el economista David Skabek, quien estudió la banda, documentó un complejo sistema de reglas y hasta una “constitución” con 6 artículos y numerosas subsecciones donde se abordaban desde su organizaciónhasta el manejo del aburrimiento enprisión. “A pesar de ser una bandade asesinos, han dado grandes pasos racionales para administrar su gobernancia interna”, dice Skabek.

El respeto hacia la gente parece extenderse hacia colaboradores de los competidores: por ejemplo, dice Wainwright, en una ocasión el Cártel de Sinaloa golpeópor error a uno, y lo compensaron con un viaje todo-pagado a Mazatlán.

Concluiremos esta entrega con el final de Metis: cansado de que su caprichosa esposa nunca descansaba, Zeus se la tragó, y entonces se casó con Temis, a quien le encargóestablecer reglas estables.¿Deberían los gobiernos tragarse a la industria de las drogas y entonces regularla?¡Por qué no,empecemos a pensarlo… apalancándolos en los principios de Economía que estamos aprendiendo! Mientras tanto, en el siguiente artículo de esta serie continuaremos con más detalles dela fascinante, y terrorífica,Economía de las drogas, y compartiendoalgodel conocimientotambién fascinante, pero no terrorífico, de los economistas.