Sábado 19 de Julio de 2025 | Aguascalientes.

Entre el algoritmo y el caudillo

Ricardo Heredia Duarte | 17/07/2025 | 15:58

En un mundo cada vez más inestable y confuso, asistimos al regreso o a la reinvenciónde viejas potencias. China, con su mezcla de comunismo histórico y capitalismo autoritario, y Rusia, bajo un Putin que reivindica el poder imperial, se oponen a un Occidente que parece haber perdido su rumbo moral y cultural. Mientras tanto, las grandes plataformas digitales y sus algoritmos, impulsados por la lógica del clic, afectan la salud mental de millones con el ritmo imparable de videos breves y estímulos constantes.
Las certezas con las que crecieron nuestros padres y abuelos ( orden, progreso, estabilidad ) han quedado atrás. Hoy vivimos en una especie de desierto moderno, una versión digital de Comala, donde los valores parecen flotar entre filtros de Instagram y realidades artificiales construidas con “likes”. El mundo que solíamos entender bajo el esquema VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo) ha dado paso a otro aún más caótico: BANI, donde todo es frágil, ansioso, no lineal y difícil de comprender. Y ya no es solo el mundo el que es inestable, también las personas comienzan a quebrarse.
En este panorama, la política ha dejado de ser un espacio para construir soluciones y se ha transformado en un escenario de cinismo. Quizá porque ahora cada ciudadano lleva en el bolsillo un teléfono que muestra, en tiempo real, la ineptitud y la falta de vergüenza de muchos gobernantes. Son los nuevos líderes surgidos del algoritmo, donde importa más el espectáculo que el contenido.
Ahí está Donald Trump, empresario de casinos convertido en político, viendo al mundo como un negocio personal. Y en México, atravesamos nuestra propia crisis: un partido en el poder que coquetea con la hegemonía, y una oposición desorientada, sin ideas, limitada a contar errores ajenos. No olvidemos que la 4T llegó al poder por el hartazgo ciudadano ante la corrupción del viejo régimen del PRI y el PAN.
Hoy ese sistema político se enfrenta a una prueba clave. En el pasado, el poder en México funcionaba como un péndulo, al final de cada sexenio, las élites sabían cuándo retirarse y dejar paso a los que seguían. Así lo entendieron los Salinas, Zedillo, los grupos de Fox, Calderón y Peña Nieto. Cada uno, con sus formas, entregó el relevo sin alterar demasiado el equilibrio del sistema.
Pero ahora el escenario ha cambiado. Este domingo, Morena vive un momento decisivo. La pregunta es si quienes heredan este sexenio sabrán reconocer que su ciclo terminó o si, atrapados por la ambición, intentarán quedarse más allá de lo que les corresponde.
Más allá del reparto de cargos y candidaturas, lo que está en juego es el mapa del poder para los años por venir, 2027, 2030, y más allá. Las decisiones de hoy pueden abrir el camino a una nueva etapa de consensos… o de rupturas profundas dentro del movimiento que actualmente gobierna.
No hay que olvidar que México sigue teniendo un presidencialismo muy fuerte, casi monárquico, y que el margen de error es mínimo. Sobre todo ahora, cuando Estados Unidos observa con atención todo lo que ocurre al sur de su frontera y no duda en intervenir cuando ve que sus intereses están en riesgo.
El poder, como dijo Henry Kissinger, es el gran afrodisíaco. Quien no entiende cómo se administra, termina pagándolo caro.
 
Al tiempo.