Domingo 17 de Agosto de 2025 | Aguascalientes.

El doble juego de Trump: Misiles para el mundo, fusiles para los cárteles

Ricardo Heredia Duarte | 16/07/2025 | 11:23

Imaginemos a Mr. Trump posando frente a un portaaviones nuclear. Con la mano firme, firma un cheque por 950 mil millones de dólares destinado al Pentágono y declara ante el mundo que "nadie volverá a amenazar a Estados Unidos". Es enero de 2025. La escena, diseñada para la propaganda electoral, se vuelve grotesca si uno mira al sur. Mientras Trump proclama su cruzada contra enemigos remotos, en la frontera con México, su política de armas alimenta una guerra real y sangrienta.

En febrero, el presidente estadounidense exige a México “acabar con el flujo de fentanilo o enfrentar sanciones”. Un discurso calcado del manual electoral. Horas después, en un polvoriento almacén texano, un lote de rifles AR-15, munición calibre .50 y granadas de fragmentación, todo adquirido legalmente en Estados Unidos, cruza hacia el desierto sonorense.
¿El destinatario? No es el Ejército mexicano, sino un cártel.

Los datos son duros, el 70 % de las armas decomisadas en México provienen de EE. UU. (ATF, 2024). Cientos de armerías operan en la frontera como "supermercados de la muerte". Los cárteles emplean ahora drones armados con explosivos C4, fabricados en Florida.

Trump lo sabe. También sabe que la industria armamentista estadounidense mueve miles de millones de dólares al año. Pero calla. ¿Por qué? Porque entre sus donantes figuran ejecutivos de Ruger y Smith & Wesson. Negocio redondo.

Desde 2006, México vive una guerra no declarada. Una guerra donde, irónicamente, un mismo país abastece a ambos bandos, al Estado mexicano ,vía programas como la famosa “Iniciativa Mérida”, que han transferido más de 3,500 millones de dólares en "asistencia militar"; y, por otro lado, a los cárteles, gracias al tráfico, tolerado o disfrazado, de armas desde su territorio.

Un negocio perfecto para la maquinaria bélica. El gobierno mexicano compra armas para perseguir criminales, y los cárteles compran las mismas armas para defenderse. Y Estados Unidos les vende a ambos.

Y así, mientras Trump anuncia la venta de misiles hipersónicos para defender Taiwán, en Tamaulipas un niño pisa una granada M67 fabricada en Pennsylvania. Pierde ambas piernas. No es casualidad, es consecuencia.

Dicen los contadores que los números gritan. El 72.9 % de los asesinatos en 2024 se cometió con armas de fuego, la mayor proporción en una década respecto al total de homicidios dolosos.

Según los datos del Secretariado Ejecutivo, esta proporción es 14.4 puntos porcentuales mayor a la de las víctimas fallecidas por disparos de armas en comparación con 2015 ( respecto del total de muertes ), lo que, a decir de especialistas, muestra cómo hay un aumento en el acceso a armamento y de la violencia ligada al crimen organizado.

El mercado negro de armas estadounidenses supera los 500 millones de dólares anuales (CIDAC). Y sí, el fentanilo que Trump finge combatir viaja de regreso a EE. UU. en los mismos camiones que llevan armas a los cárteles.

Mientras predica sobre "seguridad nacional", Mr. Trump satura el mercado global de armas, debilita a su vecino del sur y evade su responsabilidad: "Es problema de México", dijo en junio de este año.

La verdad incómoda es que la guerra contra las drogas nunca fue una guerra. Siempre ha sido y será un negocio.

Y Mr. Trump, con su retórica incendiaria y su complicidad silenciosa, es hoy su mejor promotor. Nos vende miedo para armar al mundo, y vende armas para alimentar el miedo.

En México llevamos casi dos décadas contando muertos.
¿Cuántos más antes de que EE. UU. deje de dispararse al pie… con las balas que cruzan nuestra frente?

P. D. Esta columna no fue autorizada por la NRA. Fue escrita con la indignación de miles de familias mexicanas que ya no esperan justicia. Solo esperan, quizá en vano, que las balas y las armas “gringas” dejen de llegar a nuestro país.

“Las armas tienen la última palabra cuando la política se queda sin discurso.” 

Eduardo Galeano