Domingo 17 de Agosto de 2025 | Aguascalientes.

Nómadas digitales, gentrificación y tensiones sociales en la Ciudad de México

Francisco Santiago | 14/07/2025 | 11:17

La Ciudad de México ha sido históricamente un punto de encuentro para personas provenientes de distintas regiones del país y del extranjero. Su carácter cosmopolita le otorga una vida cultural, social y económica diversa, que la convierte en una de las capitales más atractivas del mundo.
Con la digitalización, emergieron nuevas formas de empleo que permitieron desvincular el trabajo del lugar físico. Cualquier labor que pudiera digitalizarse se volvió susceptible de realizarse desde cualquier parte del mundo. Este proceso dio paso a la deslocalización laboral, lo que, a su vez, permitió que muchas personas eligieran mudarse a lugares con mejores condiciones de vida. Así nació el fenómeno de los nómadas digitales: profesionales que no requieren una oficina fija, ya que su única herramienta indispensable es una conexión a internet.
La tecnología digital ha disociado de manera definitiva el trabajo del espacio físico, permitiendo a estos migrantes del siglo XXI ejecutar tareas rutinarias o especializadas desde cualquier rincón del planeta. A raíz de este fenómeno, México se ha posicionado como uno de los destinos favoritos para los nómadas digitales, quienes buscan infraestructura tecnológica adecuada, buena calidad de vida y costos accesibles.
Gracias a la economía digital, empresas de distintos países pueden centralizar operaciones en lugares con menor costo sin sacrificar calidad. Hoy en día, tareas como reportes, conciliaciones y auditorías internas se realizan completamente en línea. Un despacho de abogados o de contadores en Madrid o en Colombia, por ejemplo, puede subcontratar personal en cualquier parte del mundo, pagando salarios más bajos que en sus países de origen, y utilizando plataformas como Dropbox, Google Drive, OneDrive o Evernote Business para compartir información de manera segura y eficaz.
El abanico de herramientas digitales es amplio. Plataformas como QuickBooks, Xero, Zoho Books y Wave permiten acceso a la nube, automatización de facturación, conciliaciones bancarias y generación de reportes en tiempo real, todo con acceso remoto. De esta forma, un contador puede prestar servicios desde cualquier país sin necesidad de estar físicamente presente.
Además, el trabajo remoto también ha transformado la forma en que se firman y validan documentos legales. A través de firmas electrónicas como DocuSign, Adobe Sign o Firmamex, despachos en Nueva York o Costa Rica pueden escanear y enviar documentos con validez legal, eliminando la necesidad de validaciones presenciales.
Un caso destacado es el de Virtual Radiologic – vRad, una empresa estadounidense que ofrece servicios de teleradiología. Este modelo consiste en enviar escaneos médicos digitalizados a radiólogos certificados ubicados en otras partes del mundo —incluso en distintas zonas horarias— para su análisis e interpretación, lo que agiliza los procesos y reduce costos operativos.
Sin embargo, la llegada masiva de nómadas digitales a ciertas zonas urbanas no ha estado exenta de consecuencias. Uno de los efectos más visibles ha sido el proceso de gentrificación. Este término se refiere a la transformación de barrios tradicionales de clase media o baja en zonas de mayor nivel adquisitivo, con un consecuente encarecimiento del costo de vida.
En la Ciudad de México, este fenómeno se ha acelerado en colonias como Roma, Condesa y más recientemente Escandón. La llegada de población extranjera con mayores ingresos ha elevado los precios de la vivienda, dificultando la permanencia de los habitantes originales. Aunque se generaron beneficios —como el incremento en la oferta comercial y la creación de nuevos empleos en el sector servicios— también se produjeron desplazamientos forzados y tensiones sociales derivadas del aumento en el costo de vida.
Este contexto fue el telón de fondo de la protesta ocurrida el pasado viernes en la Ciudad de México. ¿Fue xenofóbica? Sin duda. Es preocupante que en una ciudad que históricamente ha sido refugio de migrantes, comiencen a proliferar actos de exclusión. El problema no son los extranjeros que han llegado al país, sino la falta de políticas públicas que regulen adecuadamente los efectos de estos fenómenos globales.
No debemos permitir que el resentimiento social derive en hostilidad. La digitalización y la migración internacional son procesos inevitables del siglo XXI. El reto está en cómo gestionarlos con justicia, equidad y visión de futuro.