Domingo 17 de Agosto de 2025 | Aguascalientes.

Malpaso, buena señal…

Sísifo | 08/07/2025 | 11:21

Martes húmedo, martes oportuno. A veces la lluvia —esa que nos azota y bendice a partes iguales— nos regala no solo un respiro del calor o la rutina, sino también una postal de lo que podríamos ser… si tan solo nos tomáramos en serio.
Y es que mientras en la capital del estado seguimos batallando con colectores pluviales del siglo pasado —o inexistentes—, con arroyos que se llevan autos y con rescates que dependen más del temple del rescatado que del equipamiento institucional, en el poniente del estado ocurrió un espectáculo que combinó belleza natural, peligro contenido y desbordada oportunidad: la presa de Malpaso, en Calvillo, llegó a su límite… y lo superó.
El agua rebosó la cortina. Pero también rebasó nuestras previsiones turísticas y de movilidad. Miles de visitantes se volcaron —literalmente— hacia ese hermoso valle, formando filas de autos, colapsando accesos y confirmando lo que ya muchos sabían: Calvillo no está listo para lo que Calvillo podría ser.
Desde hace años, hay quienes han visto en ese municipio una joya por pulir. Algunos —con recursos y visión— han comprado terrenos con la idea de replicar, a su escala, algo similar a San Miguel de Allende. Pero hasta ahora, lo que se ha replicado con exactitud es la lentitud burocrática, la falta de planeación y la ausencia de infraestructura.
La carretera que conecta Aguascalientes con Calvillo, angosta y peligrosa, es una de esas deudas que no salen en los informes. Y eso que ya hay precedentes: antes de que el Cristo Roto pusiera en el mapa a San José de Gracia, primero se amplió la carretera. Aquí, parece que preferimos esperar a que pase una desgracia… o que se nos pase el tren del desarrollo.
Porque sí, Calvillo tiene todo: clima, paisaje, tradición, agua (cuando hay), y sobre todo, una identidad que no necesita maquillar su autenticidad. Pero si no se actúa ya con visión regional, con coordinación entre municipio, estado, federación e iniciativa privada, todo ese potencial acabará en otro intento fallido. Otro experimento turístico que agotará a sus visitantes antes de enamorarlos.
Por eso, más que andar organizando eventos de selfie y resistol en las plazas, lo urgente es invertir en lo que no luce tanto en redes, pero que lo sostiene todo: carreteras, drenajes, servicios, conectividad. Y de paso, ampliar ya el libramiento poniente, que hoy más que librar, encarcela.
La presa se desbordó. Ojalá también se desborde —por una vez— la voluntad política.
Hasta aquí subió la roca.