Juan Carlos Soledad Pérez | 01/07/2025 | 12:03
Vivimos tiempos marcados por la disrupción tecnológica, la inteligencia artificial y la automatización. En este contexto vertiginoso, innovar y emprender ya no son opciones, sino condiciones necesarias para que toda organización pueda responder con eficacia a los desafíos actuales. Pero este camino no es fácil: requiere no solo conocimientos técnicos y creatividad, sino también un profundo sentido de propósito.
Emprender implica mucho más que tener una buena idea. Es un ejercicio de constancia, fortaleza y prudencia. Significa enfrentarse al miedo al fracaso, levantarse después de cada tropiezo y descubrir, en ese proceso, fortalezas que no sabíamos que teníamos. El éxito, en este sentido, no puede medirse exclusivamente por indicadores económicos, sino también por la capacidad de aprender, adaptarse y contribuir de forma positiva al entorno.
Innovar no debería entenderse únicamente como desarrollar tecnología avanzada. Su verdadero valor radica en crear soluciones nuevas que generen un impacto tangible y mejoren la calidad de vida de las personas. Desde esta perspectiva, innovar es un acto profundamente humano y social.
Todos somos emprendedores y empresarios en potencia, pero pocos tienen la constancia y determinación necesarias para pasar de la idea a la acción, de la potencia al acto. Se necesita valor para compartir una idea que inspire a otros a trabajar en ella, pero aún más coraje para implementarla, corregirla, ajustarla y recomenzar cuantas veces sea necesario. Emprender, en este sentido, es un acto profundamente humano, porque nos enfrenta a nuestros miedos y, al mismo tiempo, nos impulsa a superarlos.
Este enfoque se vio reflejado en el reciente concurso "TheDisruptorsHub", llevado a cabo por la Comisión de Emprendimiento de Coparmex Aguascalientes el pasado 26 de junio. Este evento reunió a emprendedores con empresas consolidadas en un espacio de mentoría, intercambio de ideas y colaboración. En dicho evento resultó ganadora Andrea de la Serna quien con su empresa “Muy Fresa” nos representará en la próxima Feria de Innovación y emprendimiento que organiza Coparmex Nacional.
Más allá de la competencia, este tipo de iniciativas son fundamentales porque fortalecen la cultura del emprendimiento en el estado y crean puentes generacionales que enriquecen el ecosistema empresarial. Espacios como este permiten a quienes inician un proyecto empresarial aprender de quienes ya han recorrido el camino y recibir orientación valiosa para afrontar los retos actuales con responsabilidad y visión de largo plazo.
Porque en última instancia, el verdadero propósito de la empresa no es solo generar utilidades -aunque estas son indispensables-, sino contribuir activamente al desarrollo integral de las personas –clientes, colaboradores, proveedores y comunidades-. Una organización con propósito es aquella que se pregunta, de forma constante, cómo puede servir mejor a su entorno.
En este sentido vale la pena hacer mención de la reciente convocatoria conjunta lanzada por USEM y Coparmex Nacional para otorgar el Reconocimiento Don Lorenzo Servitje, destinado a visibilizar y celebrar el liderazgo empresarial de quienes saben combinar la innovación con un fuerte compromiso ético y social. Este tipo de liderazgos transformadores son fundamentales para construir un país más inclusivo, justo y solidario.
Frente a una realidad cambiante, debemos recordar que la tecnología es solo un medio. Lo esencial es cómo la usamos para servir mejor al bien común, promover la movilidad social y generar oportunidades reales para todos. La innovación debe ir de la mano con la inclusión, entendida como el compromiso de no dejar a nadie atrás, de reducir brechas y de dignificar la vida de cada persona.
El emprendimiento es la base del auténtico desarrollo. Como sociedad, debemos facilitar las condiciones para que más personas se decidan a iniciar y fortalecer proyectos con impacto. Necesitamos un ecosistema que no solo premie las ideas innovadoras, sino que también acompañe su crecimiento.
Innovar y emprendercon sentido humano es una necesidad urgente. Es necesario alentar una cultura empresarialque tenga al ser humano como eje del desarrollo, porque solo así construiremos una sociedad más próspera, equitativa y profundamente humana.