Domingo 17 de Agosto de 2025 | Aguascalientes.

Movimiento del Resentimiento

Bismarck Izquierdo Rodríguez | 01/07/2025 | 9:50

“No hay pensamientos peligrosos; pensar en sí es peligroso”.

Hannah Arendt

Durante el fin de semana pasado, en el Senado de la República, se votó la infame “Ley Censura” —sí, con los votos a favor de Movimiento Ciudadano y la extraña ausencia del joven Colosio, discípulo de Basave—, después de una jornada ignominiosa que se caracterizó por declaraciones cruzadas, amenazas, descalificaciones y un debate al cual jamás se dieron cita quienes hoy se siguen “honrando” de estar con el que se dice que aún mora en Palacio Nacional. No se dieron cita porque jamás pudieron contraargumentar ni responder a los señalamientos francos y directos de la oposición ante lo que representa una violación sistemática a los derechos humanos de los mexicanos y de los medios de comunicación.

El suceso dio pie a una nueva ola de comparaciones entre el partido oficial y el oscuro nacionalsocialismo alemán que asoló la Europa de mediados del siglo XX. México ya es un Estado fracturado en función de su crisis de inseguridad y es uno autoritario por causa de su desmantelamiento de instituciones que evaluaban y fiscalizaban al poder Ejecutivo, así como por la reciente destrucción del poder judicial federal como se le conocía.

La obra más reconocida de la filósofa Hannah Arendt es “Los orígenes del totalitarismo”, que se dedica a estudiar a profundidad los regímenes nazi y estalinista y en la que se señalan las características que los convirtieron en formas de gobierno totalitarias, acota que en su fase final fue que alcanzaron esta clasificación. Raymond Aron fue también un especialista que dedicó un par de libros a este tema que preocupó a la intelectualidad de la década de los años cincuenta del siglo XX.

La revelación cínica del autoritarismo oficial no es sorpresa alguna. Ante las presiones estadunidenses por la trama de colusión con los grupos fácticos y sus nulos resultados en el combate al crimen organizado es que han preferido interpretar a su conveniencia la idea de soberanía y encerrarse a piedra y lodo. Su llanto clama la no sumisión al enemigo extranjero pero calla ante la rendición total con el enemigo local, una tragedia sin precedentes.

Al llegar a este punto es necesario realizar tres distinciones entre el oficialismo y el nazismo: 1) el nacionalsocialismo llegó al poder a través de una elección ganada en urnas con 17 millones de sufragios (43% de la votación), el oficialismo con 54% de los votos arrebataron el 75% de las curules, a través de la sobrerrepresentación; 2) el nazismo no se sometió a grupos fácticos, aparentemente y 3) el nazismo gobernó a 65 millones de personas a partir de 1933 en una nación lastimada económicamente.

Asimismo, se precisa exponer cuatro similitudes entre el nazismo y el oficialismo: 1) el oficialismo sigue las reglas propagandísticas del régimen nazi, 2) el oficialismo explota el resentimiento popular para justificar mediáticamente sus acciones de gobierno, 3) el oficialismo sostiene una lealtad ciega y fanática hacia su líder-guía supremo y 4) el oficialismo desmantela y desprecia el poder legislativo y el judicial, a través del concepto “voluntad del pueblo”. El brillante jurista argentino Eugenio Raúl Zaffaroni profundiza sobre la tergiversación del sistema judicial alemán durante el nazismo por medio del uso de este peligroso concepto.

Tras un sintético análisis entre uno y otro movimiento, la conclusión es contundente: el movimiento del resentimiento ha excedido la insensatez de la desaparecida iteración totalitaria alemana.
En este contexto, el gobierno oficial ya contabiliza un millón de víctimas mortales por su pésimo manejo de la pandemia del 2020 —800 mil personas, 4 de cada 10 por error gubernamental, según Latinus— y 220 mil por causa de la violencia delincuencial desatada en territorio nacional. Los números son fríos, no hablar de un genocidio es una traición al intelecto.

Después de siete años, el movimiento del resentimiento se encuentra en su punto más paranoico y los 9 millones restantes de rehenes electorales que respaldan en las urnas este proyecto político participarán en medidas y reacciones extremas para aferrarse a un poder que nunca obtuvieron legítimamente. 90 millones de mexicanos rechazan el resentimiento.
México saldrá adelante, sin duda, pero la resistencia prevalece y se engrandece.
Bismarck Izquierdo Rodríguez
Secretario de Cultura del CEN del PRI
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