Las nuevas tecnologías, las redes sociales y el Internet llegaron para transformar la comunicación así como el acceso al conocimiento a través de procesos y plataformas más efectivas, y si bien han resultado sumamente útiles para las nuevas generaciones de estudiantes quienes con un solo click, tienen acceso a una enorme cantidad de información; también se han convertido en un descomunal reto para quienes estamos al frente de un aula, e intentamos formar a los futuros profesionistas.
Actualmente el gran desafío para los docentes, es precisamente estar a la vanguardia, de tal forma que podamos hacer frente al hecho de que todas y todos los alumnos traen en sus manos el acceso al mundo de la información, así de simple, cualquier cosa que necesiten saber, de manera inmediata la buscan en cualquiera de las múltiples plataformas y pueden refutar o bien reforzar, lo que el maestro les está enseñando.
Por eso, hoy más que nunca, los maestros tenemos la obligación de estar al día y sobre todo, bien preparados para hacer frente a cualquier cuestionamiento que puedan hacernos los alumnos. Como docentes podemos decir alguna cosa durante la clase y de inmediato, el alumno lo puede buscar o simplemente lo googlea, e incluso, ahora cuenta con el apoyo de la inteligencia artificial, en donde encontrará lo que quiere saber o contrastar, y por lo tanto, los profesores podemos quedar bien o quedar mal, dependiendo de nuestro grado de preparación, de ahí la enorme necesidad, de estar a la vanguardia e incluso, ir un paso adelante de nuestros alumnos, lo que se logra solamente con mucha capacitación, pero también teniendo un amplio conocimiento de esas herramientas que representan una fiera competencia para la enseñanza de calidad.
Estos desafíos no nos preocuparon durante décadas, pues en tiempos pasados lo que decía el maestro era casi ley, y sí, tal vez ocurría que el maestro pudiera equivocarse, pero no pasaba a mayores, sin embargo hoy en día si uno se equivoca, los alumnos nos pueden señalar el error en el instante, lo que restaría calidad moral y profesional a nuestro quehacer como docentes.
Por eso, debemos acercarnos más a esas nuevas tecnologías y sin miedo, volverlas nuestras aliadas, si bien hay una ola de maestros jóvenes que traen integrado el chip de la modernidad, todavía hay algunos que luchan por mantener la enseñanza a antigua usanza, sin embargo, eso ya no es opcional, o nos subimos al tren de la innovación o nos quedaremos a la zaga de nuestro propios alumnos.