Domingo 17 de Agosto de 2025 | Aguascalientes.

Seguridad, Entre Declaraciones y Metástasis

EFE | 19/06/2025 | 11:03

Buen jueves, húmedo y lluvioso. Ayer, otra vez, tuvo que sacar las castañas del fuego… la Gober. Porque en eso de la seguridad, ya lo sabemos: su estilo es frontal. No se esconde, no manda delegados ni se atrinchera en los pasillos del Palacio. Dicen -los que le conocen que más de una vez ha estado al frente de operativos, coordinando con quien hoy tiene depositada toda su confianza: el fiscal estatal.

Pero, ¿y los 11 alcaldes? ¿Ya se tomaron su café o siguen escondidos bajo el escritorio? Sería deseable que hicieran frente común, que le entren al toro por los cuernos junto con la gobernadora y la Federación. Que para eso sirven las miles de reuniones y mesas de seguridad que se realizan en el estado cada año —según los boletines que nos llegan con puntualidad y aroma a tinta fresca. Aunque, entre usted y yo, parece que tantas mesas terminan sirviendo más para el café y las galletas que para resolver algo.

Lo que trasciende mediáticamente son solo las gotas que derraman el vaso. Se atienden síntomas, pero no la enfermedad. Hasta que hay metástasis —hablando en términos médicos— y entonces sí: corren los boletines, se dan las entrevistas, se improvisan operativos. Pero sin entrarle a las causas de fondo. Porque, eso sí, hay que cuidar la imagen, que es donde este gobierno brilla… y se resbala.

Y es que la imagen lo puede todo… hasta que deja de poder. Entre declaraciones confusas, contradicciones entre funcionarios locales y federales, y versiones que cambian más rápido que el clima de esta semana, quedó claro que los hechos sí trascendieron. Fue tal el nivel de exposición que tuvo que salir la uno del estado, dar la cara y prometer que se aplicará la ley a esos malandros que nos roban la paz. Lo mínimo, ¿no?

¿Y mientras tanto? Los datos no mienten, aunque los boletines lo intenten.
Aguascalientes registró más de 2,800 delitos de alto impacto en los primeros cinco meses de 2025, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

El 62% de ellos ocurrieron en el municipio capital, que ya parece más una metrópoli con achaques que la ciudad modelo del Bajío.
Riñas, lesiones dolosas, robos con violencia y violencia familiar crecieron un preocupante 18% respecto al año anterior.
¿Y la reacción institucional? Una mezcla de control de daños y declaraciones de ocasión.

Así que volvemos a la misma pregunta que ronda los cafés, los pasillos del Congreso y los chats de WhatsApp:

¿Puede —y debe— la gobernadora resolver todo?

Las crisis no son espontáneas, se incuban. Como las bacterias. Las riñas constantes en colonias como Insurgentes, Pilar Blanco, Villas de Nuestra Señora o San Marcos; el reclamo constante de olvido por parte de los municipios —de Asientos a Tepezalá, pasando por Cosío— hacen evidente que tenemos varios Aguascalientes conviviendo, pero sin entenderse.

Sería bueno que cada funcionario que cobra —muy bien, por cierto— en el gobierno estatal, asumiera su responsabilidad a cabalidad. Y dejara la cómoda excusa de: “es que no nos dejan hacer nada, todo hay que consultarlo con la 1” o, peor aún, con los “embudos” burocráticos que pululan en la burbuja azul.

Porque sí: puede ser cierto que los titulares de área no tengan margen de maniobra. Pero si así es, ojalá la Gober les corte el cordón umbilical y los ponga a trabajar. Que esto no es Instagram ni TikTok. No se gobierna con selfies, ni con actos protocolarios en bucle eterno.Gobernar no es un Reels

Y ojo: cada día crece la percepción de que la burbuja azul de cortesanos que rodea a la gobernadora está resultando más obstáculo que apoyo. Ahí donde la hora es la que ella diga, la agenda se acomoda a su ánimo, y la crítica se ve como traición. El “bucle de la lisonja” no solo desgasta: sabotea.

El gobierno ya entra en su tercera etapa. Se acabó el arranque, ya pasaron los midterms. Es hora de planear el aterrizaje. No los vayan a agarrar las turbulencias innecesarias en ese tramo de descenso, donde a los 10 mil pies ya se ven las luces de la evaluación final.

Hasta aquí subió la roca. Y mientras no la suelten, seguirá rodando.