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'Cómo Entrenar a tu Dragón': La mejor adaptación live-action

Agencia Reforma | 12/06/2025 | 08:43

Han pasado 15 años desde el estreno de Cómo Entrenar a tu Dragón, una película que fue un éxito y que dio lugar a dos secuelas. Por esas mismas épocas, Disney comenzó a estrenar remakes de sus clásicos animados, pero en formato "live action".
 
 El éxito y recepción de una quincena de estas películas han variado, pero nada parece detener esta tendencia. Ahora, Universal y DreamWorks le entran al quite, pero su propuesta tiene una particularidad: ambas versiones están dirigidas por la misma persona.
 
 Se trata de Dean DeBlois, quien escribió y dirigió la película original -basada en la serie de libros de la autora británica Cressida Cowell- y que ahora regresa para hacer lo mismo con actores reales. Curiosamente, DeBlois también fue coguionista de la película original de Lilo y Stitch (2002), cuyo remake actualmente domina la cartelera.
 
 Y a todo esto ¿qué tal resultó el experimento? Me atrevo a decir que esta película es una de las mejores -si no es que la mejor- adaptaciones de una cinta animada.
 
 También es la que más se parece a su versión original: la historia, e incluso la mayoría de las tomas, son prácticamente idénticas. ¿Cuál es el caso, entonces, de volverla a hacer? Eso da para otra conversación. Pero, como película, esta versión es espectacular y merece verse en la pantalla más grande posible.
 
 La historia mencionada sigue a Hiccup (Mason Thames), un joven con gran ingenio para crear artefactos, pero que nunca ha destacado en el arte de dominar dragones. Eso cambia cuando logra atrapar al temido Toothless, un dragón que tiene dificultad para volar. La conexión que se forma entre ambos da pie a un relato profundamente emotivo, con muchas risas de por medio también.
 
El acertado casting, que incluye a una excelente Nico Parker y a Gerard Butler (quien regresa en su mismo personaje) es un elemento clave para que la película funcione tan bien. Y, claro está, los efectos especiales son espectaculares, la música de John Powell (nominado al Óscar por su partitura original) brilla una vez más, y la mano de DeBlois convierte esta versión en otro triunfo.