Ikuaclanetzi Cardona | Plano Informativo | 11/06/2025 | 20:15
Aguascalientes, AGS; El Observatorio de Violencia Social y de Género de Aguascalientes denunció públicamente el caso de Samanta Jennifer Fierro Delgado, una joven que, según el organismo, fue detenida de manera ilegal, víctima de tortura física, psicológica y sexual, y sentenciada a más de 21 años de prisión por un delito que no cometió. A cinco años y siete meses de su privación de la libertad, exigen su liberación inmediata.
Los hechos ocurrieron el martes 19 de noviembre de 2019, cuando alrededor de las 19:45 horas se desplegó un operativo en Aguascalientes con al menos 15 agentes investigadores de la Fiscalía General del Estado. El objetivo fue detener a Samanta, de entonces 21 años, junto con miembros de su familia. Según el Observatorio, durante más de 48 horas estuvieron desaparecidos y fueron sometidos a tortura, incluyendo agresiones sexuales por parte de un agente ministerial identificado como Mario Arturo “N”.
Dos días después, el 21 de noviembre, la Fiscalía ofreció una rueda de prensa en la que presentó el caso como la detención de una “banda dedicada a la prostitución y extorsión”, atribuyéndole a Samanta un rol sexualizado dentro de la narrativa oficial. En ese mismo boletín, difundido ampliamente por medios de comunicación, se filtraron imágenes de Samanta esposada y visiblemente afectada, así como contenido personal extraído de su teléfono celular, lo cual violó su derecho a la intimidad y generó violencia digital en su contra.
La imputación que se le hizo formalmente fue por el delito de homicidio. Sin embargo, el Observatorio señala múltiples irregularidades en la carpeta de investigación 1650/2019, entre ellas el mal manejo de la escena del crimen, la omisión de peritajes clave y la manipulación de testimonios. A pesar de ello, Samanta fue condenada a 21 años y tres meses de prisión.
De acuerdo con el organismo, este caso constituye una muestra grave de violencia institucional, misoginia y criminalización sin perspectiva de género, en la que se revictimizó a Samanta tanto en el ámbito judicial como en el mediático y digital.