Viernes 13 de Junio de 2025 | Aguascalientes.
Buen ombligo de semana. Esperemos que la temporada de lluvias, caída del cielo, se nos haga costumbre —ya nos hace buena falta esa agüita bendita de Dios, aunque venga con truenos, rayos y algo de caos vial.
Y pues nada, que al parecer al candidato delfín del palacio mayor —o mejor dicho, el “cachorro” Leo— y a su equipo de estrategia y comunicación, ya les tocaron el timbre... y se les olvidó lo que dijeron hace apenas unas semanas sobre los “sueños guajiros”. Porque ahora resulta que andan en campaña abierta —perdón, en “recorridos ciudadanos”— con brigadas de empleados, diputades y simpatizantes, dizque para estar más cerca de la gente. Vaya forma de soñar en vivo.
Como ciudadanos de esta ciudad que no sabemos si sigue siendo “de tu vida” o “de gigantes” (porque entre el palacio de al lado y el del ayuntamiento parece que gobiernan en modo co-parentalidad), notamos que muchas veces quien parece seguir mandando es la que ya no está… oficialmente. Y no lo digo yo, ni los que cobran en el municipio, lo dicen los actos: anuncios, obras, inauguraciones que —técnicamente— deberían corresponder al ayuntamiento, no a la oficina de al lado. Pero bueno, éxito en esta pre-pre-campaña rumbo al 2027. Ojalá Leo se faje y logre enderezar una administración que, hasta ahora, parece más basada en filtros de Instagram que en resultados tangibles.
Porque una cosa es subir historias y otra tapar baches. Y hablando de baches…
¿Cuántos hay en la ciudad? Según el propio Ayuntamiento, en 2024 se registraron más de 12 mil reportes ciudadanos relacionados con baches, luminarias fundidas y parques descuidados. La gente no pide milagros, pide que el parque tenga pasto y que el foco de la esquina funcione, mínimo.
¿Será mucho pedir que el equipo de Leo deje el celular un ratito y se enfoque en gobernar y no solo en “postear”?
Mientras tanto, se confirma lo que ya se sabía: el tiro azul por el palacio mayor será entre dos expresiones. Por un lado, Leo, el alumno aplicado del ultimo fantástico y de los excompañeros de aulas de la Gober. Por otro, el Ingeniero, también egresado de la UAA, hoy “senador de la gente” (y de la agenda, del avión, del micrófono…). Y en la banca, calentando por si hay choque de trenes, el actual secretario de gobierno, tocayo del senador, listo para entrar como bombero si se prende la pradera. Alea jacta est, dijo Julio César... o al menos eso dijo el asesor que cobra en latín.
Y ya que andamos de paseo, pasamos por las instalaciones del Instituto del Migrante allá en Jardines de la Concepción. Silencio total. No sé si ya andan en Los Ángeles atendiendo a los paisanos, o si simplemente la mudanza les cayó de sorpresa. Lo cierto es que el local —antes salón de belleza, hoy sede oficial— parecía más “spa de fantasmas” que oficina pública.
Y hablando de mudanzas… resulta que, con la inminente demolición del viejo Hospital Hidalgo, más de una dependencia anda buscando local. Y en ese río revuelto, alguien con buenos contactos —¡oh sorpresa!— ofreció un local “a módico precio”. Sería bueno saber cuánto paga el gobierno del estado por rentas y, sobre todo, a quién se las paga. No vaya a ser que entre los grandes arrendadores estén apellidos conocidos. De esos que están en todas las fiestas... y en todas las facturas.
Hasta aquí subió la roca. Seguiremos empujando.
Nos leemos en la próxima.
