Jueves 12 de Junio de 2025 | Aguascalientes.
locales

El regreso de Punta Maya, entre cables quemados y favores encendidos

Sísifo | 09/06/2025 | 11:59

Dicen que en Pueblo Quieto no pasa nada. Que todo es paz, rutina y clima templado. Pero basta un poste caído, unos cables chispeando y un coche en llamas para recordar que hasta el silencio más espeso puede ocultar fuegos artificiales... o fuegos fatuos.

El sábado pasado, un accidente derribó un poste de Telmex, y con él, como fichas de dominó, cayeron las líneas eléctricas que sostenían la energía de al menos diez colonias. Se sobrecargaron transformadores, estallaron cables en espectáculos eléctricos dignos de feria patronal, y hasta un vehículo terminó como ofrenda de fuego urbano. Por horas, el apagón nos recordó que en Aguascalientes —moderna, pujante, “smart city” de los discursos— seguimos conectados con alambres de gallinero y remiendos.

Pero no se confunda el lector. Esto no va solo de postes ni de cortocircuitos. El verdadero cortocircuito es entre el discurso oficial y la realidad. Mientras se venden sueños de desarrollo industrial y se presume que llegan inversiones como moscas a la miel, los empresarios, discretamente, cambian de rumbo por una verdad menos electrizante: la infraestructura es insuficiente. No hay energía, ni física ni institucional.

Y es justo en medio de esta penumbra cuando reaparece, como personaje de novela de realismo mágico mal escrita, la inmobiliaria Punta Maya. Sí, esa misma que en 2018 apareció en los titulares nacionales donde era vinculada a investigaciones por lavado de dinero y triangulaciones financieras transfronterizas. Aquella con conexiones a nombres ilustres como el ex titular de Sefiplan de Quintana Roo, Juan Vergara Fernández, y que terminó por rozar incluso a un exgobernador de nuestra tierra, vía la enigmática compra de un tomógrafo con sabor a triangulación.

Pero, como la memoria es flaca y los expedientes judiciales más aún, el cabildo de nuestra noble ciudad decidió —muy institucionalmente, por supuesto— aprobar la asignación de predios a favor de Punta Maya, amparándose en una resolución judicial cuyo contenido, misteriosamente, no ha sido publicado ni explicado con claridad. Todo legal, pero nada transparente.

¿Coincidencia? ¿Redención inmobiliaria? ¿O un simple caso de amnesia institucional? Que cada quien juzgue. Lo cierto es que mientras los ciudadanos prenden veladoras para que no se fundan los fusibles, en las alturas del poder se reparten tierras como si fueran boletos de rifa. No hay memoria, pero sí escritura notarial.

Y por si faltara voltaje al relato, ahí está el caso Next Energy, una joya más del archivo muerto que sigue cobrando vida en los estados de cuenta. En lo que va de este 2025, el Municipio de Aguascalientes no ha pagado la deuda de cerca de 36 millones de pesos por mes, que tiene con dicha empresa por un servicio de energía eléctrica solar que nunca llegó del todo: un proyecto detenido desde 2019, pero que, como los contratos mal cerrados, sigue generando sombra y deuda. Eso sí, el alcalde ha asegurado que “ya se verá la luz”. Y uno quisiera creerle, aunque todo indica que la única luz que veremos será la del foco del escritorio donde se firman acuerdos sin respaldo, y no precisamente de panel solar.

Hay algo profundamente simbólico en que mientras los cables revientan por sobrecarga, los circuitos de la política local se funden por exceso de intereses. El problema, claro, es que en esta penumbra siempre terminamos pagando los mismos: los ciudadanos  que no estam conectados ni a los postes, ni a los paneles , ni a los pactos.

Hasta aquí subió la roca. Que no se nos olvide que, a veces, lo que brilla no es progreso, sino el cortocircuito de la impunidad.