Domingo 17 de Agosto de 2025 | Aguascalientes.

Siervo de la fe y de la alegría

P. Rodrigo Macías Mora | 01/06/2025 | 09:35

En la homilía de la misa de inicio de ministerio petrino el papa León XIV delineó lo que será el programa de su pontificado, desde mi perspectiva son tres las palabras que ayudan a realizar un resumen de lo dicho en san Pedro la mañana del 18 de mayo de este año: amor, paz y unidad. Tres elementos que desde la perspectiva del papa León son necesarios que como creyentes tomemos en cuenta.

No puede existir el amor sin la paz, ni la unidad sin amor. Ante los diversos escenarios a los que se enfrenta la Iglesia, el llamado del papa León tiene un eco fuerte dentro de las entrañas de la Iglesia, pues no es ninguna mentira el afirmar que hay personas que insisten en hacer ver la Iglesia dividido en bandos completamente opuestos: liberales y conservadores.

Monseñor Gänswein quien colaboró con Benedicto XVI de una manera muy cercana, en su libro: “Nada más que la verdad”, afirma que durante el pontificado de Francisco el problema no fue la existencia de la figura del papa emérito, sino el desvelamiento cada vez más claro de un ala conservadora y otra liberal. A la distancia de los años, esta afirmación de Gänswein no resulta extraña, pues durante el tiempo de sede vacante muchas voces intentaron presentar a los cardenales con la etiqueta de: liberal, conservador o moderado. Sin embargo, los cardenales no buscaban a alguien con las etiquetas antes mencionadas, sino en palabras de León XIV: “un pastor capaz de custodiar el rico patrimonio de la fe cristiana y, al mismo tiempo, de mirar más allá, para saber afrontar los interrogantes, las inquietudes y los desafíos de hoy.” Es decir, los cardenales lo primero que buscaban es que el nuevo papa fuera un pastor. No olvidemos el enorme significado bíblico que la figura del pastor representa para la Iglesia.

El resultado de la búsqueda de los cardenales tuvo como resultado la elección de León XIV. Un papa que como buen hijo de san Agustín se presenta como un hermano más quizá haciendo eco de la frase del obispo de Hipona: “con ustedes soy cristiano y para ustedes soy obispo”. Un papa que busca hacerse siervo de la fe y la alegría del santo Pueblo de Dios, una tarea nada sencilla pero que es el encargo recibido por Dios a través del actuar del cónclave.

No buscamos un papa de cierta tendencia, lo que necesita la Iglesia es lo mismo que siempre ha necesitado: un pastor. Que Dios guíe los pasos del nuevo papa, el cual no sólo es pastor de pastores sino siervo de los siervos.