Francisco Santiago | 30/05/2025 | 11:29
La irrupción de los youtubers ha transformado radicalmente la industria del entretenimiento, desplazando a los medios tradicionales y redefiniendo las preferencias de las nuevas generaciones. Estas generaciones muestran una inclinación por contenidos de corta duración y una forma de consumo basada en el "scrolling", es decir, deslizar continuamente en busca de contenido que se alinee con sus intereses. Este comportamiento no solo refleja una nueva manera de entretenimiento, sino que también entrena algoritmos para ofrecer contenidos cada vez más personalizados, reforzando así las preferencias individuales y creando burbujas informativas.
Figuras como MrBeast, con millones de seguidores a nivel mundial, tienen la capacidad de establecer tendencias globales.Recientemente, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México presentó una demanda contra Full Circle Media, empresa representante de MrBeast, por el uso indebido con fines lucrativos de grabaciones realizadas en las zonas arqueológicas de Calakmul, Chichén Itzá y Balamcanché. Aunque inicialmente se informó que se contaban con los permisos necesarios para la filmación, el INAH posteriormente aclaró que se violaron los términos al incluir publicidad comercial de marcas como Feastables y Jack Link’s en el video "Exploré Templos de 2.000 Años de Antigüedad" . Además, de acuerdo a información publicad en diversos medios nacionales e internacionales, se acusan falsedades como un supuesto vuelo de dron dentro de El Castillo en Chichén Itzá y una noche en la zona arqueológica, ambos eventos que no ocurrieron. El INAH condena el uso comercial del patrimonio cultural y exige una compensación por daños y una retractación pública, pues considera que se ha desvirtuado el valor de estos sitios históricos, patrimonio de todos los mexicanos.
En contraste, la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, expresó su apoyo al youtuber, destacando el impulso económico y turístico que su visita generó para la región . Esta dualidad de opiniones refleja la complejidad de la ascendiente de los influencers en la cultura y economía locales.
La modernidad política requiere una comprensión profunda de las dinámicas de información actuales. Los influencers han creado un nuevo ecosistema mediático que, si no se entiende adecuadamente, puede presentar riesgos significativos en la comprensión de los fenómenos políticos y sociales, generar sesgos al momento de opinar tribializando temas complejos que requieren de análisis profundo o normalizando conductas sin sentido o prácticas absurdas y riesgosas como muchas transmitidas por las redes sociales.
Plataformas como YouTube y TikTok se han convertido en foros donde cualquier individuo puede aspirar a ser experto y opinar sin fundamentos sólidos. El filósofo italiano Umberto Eco criticó duramente este fenómeno, afirmando que "las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban solo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos eran silenciados rápidamente y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los idiotas" .
Este escenario ha facilitado la proliferación de noticias falsas, donde los rumores se digitalizan y se propagan rápidamente. Es esencial evaluar críticamente cada opinión y su argumentación. Las redes sociales, más que foros de opinión, se han convertido en canales de entretenimiento, y el peligro radica en que el entretenimiento se confunda con la opinión informada. Un comediante puede divertir, pero sus bromas no deben tomarse como verdades absolutas. Las redes han ampliado el alcance del "circo", haciendo que la pista sea global.
Algunos comediantes han transitado hacia la política, aprovechando la viralización para ganar popularidad. Mientras que algunos eran cómicos de profesión, otros se convirtieron en figuras políticas debido a circunstancias que provocaban risa por sus acciones y sarcasmo. Un ejemplo notable es el comediante que asumió el liderazgo de su país, dejando atrás su faceta humorística para desempeñarse como un verdadero jefe de estado.
La deshumanización es un riesgo latente en la normalización de lo absurdo y sin sentido. La opinión basada en la trivialización se ha vuelto común. No es el algoritmo el culpable, sino el lector y su interpretación. Los contenidos virales explotan el lado más banal de nuestra humanidad, conectándonos pero sin verdadero contacto. Es crucial mantener a los comediantes en el ámbito del entretenimiento y no trasladarlos a la vida pública. Lo que puede ser relevante en la comedia es irrelevante en discusiones sobre el futuro de la humanidad.
En un mundo cada vez más automatizado, donde las máquinas responden y las interacciones humanas se reducen, el entretenimiento bajo demanda se convierte en una opción atractiva. Sin embargo, es fundamental discernir entre el entretenimiento y la información veraz para preservar nuestra humanidad en la era digital.
La cultura de los youtubers ha redefinido el panorama del entretenimiento y la información, ofreciendo nuevas formas de interacción y consumo. Sin embargo, esta transformación conlleva desafíos significativos, especialmente en la distinción entre entretenimiento y contenido informativo. Es imperativo que, como sociedad, desarrollemos un pensamiento crítico que nos permita discernir la calidad y veracidad de la información que consumimos. Solo así podremos aprovechar los beneficios de la era digital sin sucumbir a sus riesgos inherentes.