Viernes 30 de Mayo de 2025 | Aguascalientes.

Los excluidos del centro: El fin de la clase media y la ilusión del pleno empleo

Dr. Mauricio López | 28/05/2025 | 11:57

“Se puede tener trabajo y no tener futuro. Se puede estar ocupado y seguir excluido.”

El espejismo del pleno empleo. Me permito abrir señalando cómo las cifras de “bajo desempleo” esconden realidades duras: empleos mal pagados, sin prestaciones, sin posibilidad de ascenso ni ahorro, que mantienen a grandes sectores en la cuerda floja. Christophe Guilluylo denomina el declive silencioso de las clases medias. Ya no es el desempleo el problema, sino la calidad del empleo.

Las estadísticas nos muestran una paradoja: bajos niveles de desempleo, pero creciente malestar. ¿Cómo explicarlo? Lo que ocultan las cifras es una transformación silenciosa: empleos temporales, informales, mal pagados, sin derechos, sin futuro. La gente trabaja, sí, pero sin posibilidad de estabilidad ni proyección.

En México, más del 56% de la población ocupada lo hace en condiciones de informalidad. Muchos jóvenes profesionales se mueven entre becas, subcontrataciones o plataformas digitales donde “ser tu propio jefe” es sinónimo de precariedad solitaria. En países como Argentina, Colombia o Perú, la realidad no es muy distinta: trabajo hay, pero cada vez representa menos una herramienta de movilidad y más un ancla al estancamiento.

“No se trata de que falten empleos, sino de que los que hay ya no permiten proyectarse en el futuro” (Guilluy, 2018).

Territorios relegados, vidas invisibles,cómo se han creado “zonas periféricas” no solo geográficas, sino simbólicas. Grandes sectores sociales ya no tienen representación política ni cultural. El sistema los deja vivir, pero no pertenecer. Ya no forman parte de “la sociedad productiva” que da sentido de orgullo e identidad.

La fractura emocional: entre resentimiento y populismo. Territorios relegados, vidas invisibles. Guilluy advierte que más allá de las grandes ciudades brillantes, existe una “Francia periférica”. En América Latina también lo sabemos: existen muchas “mexicanidades”, muchas “venezolanidades”, muchas “brasileridades” que conviven sin tocarse. Las comunidades rurales, los cinturones de pobreza urbana, las periferias indígenas o racializadas, son territorios invisibles para los discursos oficiales.

A manera de conclusión, cierro reflexionando: cómo la exclusión genera no solo desigualdad económica, sino humillación social, pérdida del sentido, de la dignidad. El resentimiento no es rabia bruta: es duelo no tramitado. El populismo, en este sentido, es menos una amenaza que un síntoma de una sociedad enferma de olvido y desprecio hacia sí misma.

“Cuando la sociedad ya no abraza, el populismo al menos ofrece una voz. No es el monstruo: es el eco de un grito que nadie quiso escuchar.”