Viernes 30 de Mayo de 2025 | Aguascalientes.

WarusaKagen: El Arte de Medir la Travesura y la Importancia de No Ignorar lo Pequeño

Mel Wilhelm Fonseca | 26/05/2025 | 11:23

"Las pequeñas cosas, cuando se suman, no son pequeñas."
— Stephen Covey
En la cultura japonesa, existen conceptos que, aunque sencillos en apariencia, encierran una sabiduría profunda para la vida profesional y personal. Uno de estos es warusakagen, que podríamos traducir como “el grado justo de travesura” o “la medida adecuada de picardía”. Pero ¿qué significa realmente y cómo puede ayudarnos a vivir y trabajar con mayor conciencia y excelencia?
¿Qué es warusakagen?
La palabra se compone de dos partes:
• Warusa: travesura, picardía, una pequeña “maldad” que no busca hacer daño, sino romper la rutina o las reglas de manera juguetona.
• Kagen: grado, medida, equilibrio.
Juntos, nos invitan a encontrar ese punto medio entre la rigidez absoluta y la rebeldía sin control. Es el arte de saber cuándo un pequeño desvío puede aportar creatividad, humor o flexibilidad, y cuándo puede convertirse en un riesgo o en la raíz de un problema mayor.
Ejemplos sencillos de warusakagen en la vida diaria
Imagina que en la oficina alguien decide cambiar el orden de los escritorios “solo por hoy” para hacer una dinámica divertida. O que en casa, un niño se sale un poco de la rutina para sorprender a su familia con un desayuno especial. Estas pequeñas “travesuras” pueden alegrar el día, fomentar la creatividad y fortalecer los lazos.
Sin embargo, ¿qué pasa cuando esa “travesura” es dejar una herramienta fuera de lugar en el trabajo, ignorar una señal de advertencia, o posponer una revisión importante porque “nunca ha pasado nada”? Aquí, el warusakagen nos invita a reflexionar: ¿estamos midiendo bien el impacto de nuestras acciones? ¿Estamos conscientes de cuándo un pequeño desvío deja de ser inofensivo y puede convertirse en un problema serio?
La importancia de identificar y medir lo pequeño
En el mundo profesional y personal, muchas veces somos testigos de pequeñas irregularidades, condiciones inseguras o hábitos que, aunque parecen inofensivos, pueden acumularse y causar daño en el futuro. Un cable suelto, una norma ignorada, un reporte que se omite “por esta vez”. Son detalles que, si no se identifican y miden, pueden convertirse en la causa de accidentes, errores o conflictos.
La clave está en la conciencia.
No se trata de vivir en un estado de alerta constante ni de eliminar toda flexibilidad, sino de desarrollar la capacidad de observar, identificar y medir esos pequeños eventos. Al hacerlo, podemos decidir cuándo es momento de actuar, corregir o simplemente estar atentos para evitar que lo pequeño se convierta en grande.
Llevar la reflexión a la acción
Te invito a hacer un ejercicio sencillo hoy, tanto en tu entorno profesional como personal:
1. Observa tu día y detecta esas pequeñas “travesuras” o desvíos que suelen pasar desapercibidos.
2. Pregúntate: ¿esto es realmente inofensivo o podría tener un impacto a futuro?
3. Decide si es momento de actuar, corregir o simplemente tomar nota para medir su frecuencia e impacto.
Por ejemplo, si notas que en tu equipo se posponen tareas pequeñas “porque no son urgentes”, lleva un registro durante una semana. Al final, reflexiona: ¿cuántas de esas tareas se acumularon? ¿Alguna generó un problema mayor? ¿Qué podrías cambiar para evitarlo?
Reflexión final
Warusakagen nos enseña a disfrutar la vida con un toque de flexibilidad y creatividad, pero también a ser responsables y conscientes de los límites. En la excelencia, tanto profesional como personal, la diferencia la marcan los detalles. No ignores lo pequeño: obsérvalo, mídelo y, si es necesario, actúa. Así, transformarás la travesura en aprendizaje y la conciencia en mejora continua.
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¿Y tú? ¿Qué pequeñas “travesuras” has notado hoy? ¿Te animas a medirlas y ver su impacto? La excelencia comienza con la conciencia de lo cotidiano.
Arigatou gozaimashita.