A pocos días de la elección de jueces y magistrados, ya podemos ver los resultados de la -por demás absurda- ocurrencia, que se tuvo el sexenio pasado, de cambiar de tajo al poder judicial.
Estamos viendo el gran desconcierto que han generado las próximas votaciones, no sólo entre la población que sigue sin entender cómo emitirá su voto, cada etapa del proceso ha sido un verdadero caos, desde la selección de candidatos, así como las campañas, pero todavía nos falta ver la confusión que probablemente se hará el día de la jornada electoral, insisto, queda claro que la elección que estamos por presenciar, no fue la mejor idea.
Es cierto que tenemos un sistema judicial con muchas carencias, pero no era la forma de cambiarlo. Los errores han sido el sello característico en el desarrollo de esta elección, tal como sucedió con los registros de los candidatos, muchos de los cuales ni título tenían, y, después de todos los filtros, hemos visto que algunos muy apenas cumplen los requisitos mínimos como tener el título, un promedio de ocho, y recopilar las famosas cartas de recomendación de los vecinos.
De tan trágico hasta parece cómico: ¿cómo poner la justicia mexicana, en manos de gente que no tiene la experiencia y trayectoria (en el mejor de los casos , porque hay hasta candidatos con antecedentes penales e incluso, con vínculos con el crimen organizado) para juzgar temas que suelen ser muy complejos, y de mucha trascendencia para nuestro país?
Como en todo, hay opiniones divididas, por un lado están quienes abogan por no ir a votar y no participar en la farsa, porque además de los errores del propio proceso, lamentablemente también ha quedado en evidencia que los partidos políticos están metiendo las manos, tanto a nivel federal como a nivel local; de igual forma, los distintos niveles de gobierno están moviendo los hilos, y todo esto, se lo debemos a la "gran idea" que se tuvo en el sexenio pasado de arrancar de raíz el sistema judicial.
Por otra parte, está la gente que sí quiere ir a votar y que piensa que con su voto, puede hacer un contrapeso a los poderes de los partidos políticos y de los gobiernos. Como siempre, todas las opiniones son muy respetables y válidas, cada quien tendrá que irse formando su criterio y opinión y tomará su decisión.
