El actor Jamie Foxx negó categóricamente las teorías conspirativas que circularon tras su emergencia médica en 2023, entre ellas, la versión que aseguraba que Sean "Diddy" Combs intentó asesinarlo.
En una mesa redonda con The Hollywood Reporter, el ganador del Óscar aclaró que el productor musical, actualmente bajo juicio federal por tráfico sexual y crimen organizado, no tuvo nada que ver con su crisis de salud.
"No, Puffy no intentó matarme", declaró Foxx, aludiendo al apodo del fundador de Bad Boy Records.
Aunque aclaró que la acusación carece de fundamento, el también comediante reconoció que, mientras estuvo hospitalizado y bajo una fuerte sedación, llegó a creer en una teoría aún más descabellada: que los médicos estaban intentando clonarlo como un hombre blanco.
"Estaba en la cama del hospital pensando: 'Estos cabrones están intentando clonarme'. Y luego me vi entrar en mi habitación, pero era blanco. Vi a un Jamie Foxx blanco", relató entre risas.
El protagonista de Ray relató que llegó a enfrentar a su psiquiatra convencido de que intentaban transformarlo en una versión blanca de sí mismo para hacerlo "más vendible en el exterior", lo que llevó a su equipo médico a reducirle la dosis de medicamentos como OxyContin, Dilantin y morfina.
"Le dije: 'Te vi intentando ligar con el maldito blanco Jamie Foxx y no va a pasar'. Él simplemente responde con calma: 'Creo que vamos a bajarte la dosis'", agregó.
Foxx, quien sufrió un derrame cerebral tras una hemorragia en abril de 2023, abordó el tema de "Diddy" por primera vez en su especial de comedia de Netflix What Had Happened Was, donde también desmintió con humor los rumores que involucraban al rapero.
"Internet decía que Puffy intentaba matarme. Sé lo que están pensando: '¿Diddy?' Diablos, no. Me fui de esas fiestas antes de tiempo", bromeó, en alusión a las polémicas reuniones organizadas por Combs, hoy en el centro de graves acusaciones legales.
Durante su hospitalización, Foxx, según contó, perdió 20 días de memoria y despertó en una silla de ruedas, donde los médicos le dijeron que estuvo "a punto de morir".
Agradeció profundamente a su hermana Deidra Dixon, quien gestionó su atención médica de urgencia, y a su hija Anelise, a quien describió como su "desfibrilador espiritual" por mantenerlo emocionalmente estable durante la crisis.
