Lunes 2 de Junio de 2025 | Aguascalientes.

Transhumanismo: 'La tentación de trascendernos: cuerpo, máquina y olvido'

Dr. Mauricio López | 21/05/2025 | 11:38

Contra el cuerpo como error: una reflexión sobre el transhumanismo, los cyborgs y nuestra humanidad

” ¿Y si no fuéramos suficientes? ¿Y si nuestro cuerpo fuera solo un borrador que la técnica está llamada a corregir?”

En Cuerpos inadecuados (2021), Antonio Diéguez nos invita a mirar de frente una inquietud que crece silenciosa: la promesa o la amenazadel transhumanismo. Ya no se trata solo de prótesis, de reemplazos funcionales, de terapias genéticas o de asistencia tecnológica para la salud. Lo que se instala en el horizonte es una reconfiguración ontológica del ser humano.

La carne, el dolor, la fragilidad, la muerte comienzan a ser vistas como errores de fábrica que la ciencia, aliada a la ingeniería del deseo, intentará superar. El cuerpo, otrora templo, hogar, tierra natal de la conciencia, se transforma en una maquinaria provisional, inadecuada, modificable hasta el olvido de sí misma.

¿Qué es entonces el cuerpo?

¿Una frontera a cruzar, una cárcel de carbono o una memoria viviente?

¿Y qué queda del alma cuando los límites del cuerpo se diluyen entre silicio y algoritmos?

En su Manifiesto cyborg (1985), Donna Haraway anticipaba una figura híbrida que desestabiliza las fronteras entre humano, animal y máquina. Para Haraway, el cyborg no es solo una metáfora, sino una figura política que desafía las nociones tradicionales de identidad. Pero incluso esta imagen liberadora que cuestiona género, clase y especiepuede ser hoy cooptada por una lógica mercantil que convierte la automejora en obligación, y la hibridación en negocio.

El transhumanismo, en su versión más radical, no es una simple extensión tecnológica del cuerpo, sino una ideología que, como señala Diéguez, propone la superación de lo humano como meta. Nick Bostrom, uno de sus defensores más conocidos, plantea que deberíamos “actualizar” nuestra biología como si se tratara de un software defectuoso. Y, sin embargo, esta lógica de la optimización constante corre el riesgo de negar aquello que nos constituye: nuestra experiencia encarnada, finita y profundamente simbólica.

Desde otra perspectiva, el filósofo Jean-Luc Nancy escribió: “el cuerpo no es algo que tengamos, sino algo que somos”. Somos cuerpo, y en el cuerpo somos mundo, vínculo, memoria, lenguaje. Al convertirlo en un objeto a rediseñar, ¿no perdemos también esa raíz poética y trágica que nos hace humanos?

Tal vez el problema no sea el avance tecnológico en sí, sino la ideología que lo acompaña: una que nos dice que lo humano es un defecto, una etapa a superar, un residuo de carbono frente a la perfección inorgánica.

Y, sin embargo, hay una dignidad en el cuerpo que sangra, en la piel que envejece, en la lágrima no optimizada. Hay una sabiduría en la cicatriz que no se borra, en la fatiga, en el abrazo que no se transmite por bluetooth. En el temblor, en la caricia, en el susurro.

Resistir no significa rechazar el conocimiento, sino recordar que el cuerpo no es un error, sino una historia. No un proyecto fallido, sino un poema inacabado.

Porque quizá lo más humano no sea vencer la muerte,sino amar la vida tal como es:limitada, errante, imperfecta…profundamente nuestra.