Los ladrillos del poder

Pues el día de hoy seguiremos hablando del Congreso Federal —en este caso, de los panaderos— que nos informan y comentan que algunos ya no soportan a la nuevamente diputada suplente… quién sabe por qué. Y lo decimos así porque no fue ni para repartir un solo panfleto en favor de algún candidato del blanquiazul en la elección pasada. Esas poses de diva que se gasta, esa manía de mandar y la soberbia con la que se maneja son legendarias. Y ni se diga de cómo va por todos lados presumiendo —no sé qué tanto—, pero cada que puede nos avienta a su padrino, hombre muy importante para el panismo nacional.

Este personaje de gran relevancia no es otro que el casi extinto Santiago Creel Miranda, quien, dicho sea de paso, fue quien legalizó el asunto de las apuestas y casinos en México. Así es. El que tuvo una hija, con la muy guapa actriz ya finada del medio artisitico. En fin… esta susodicha se ha valido de la amistad de este último con el impresentable Marko Cortés, y eso le ha servido para ser diputada federal por Aguascalientes en dos ocasiones, ambas como suplentes, una, como suplente de la actual número uno y otra de la diputada por el distrito 2 federal, Mónica Becerra.

Es tanta la molestia que ha generado entre sus compañeros y la clase política hidrocálida, que ya hasta preguntan si va a estar o no en los eventos, porque su manera de ser y su mal genio nunca coinciden con la convivencia política del gigante de México. Esperemos que esta diputada mejore en su actuar y decir, porque se supone que representa a los ciudadanos (al menos, ese es el discurso que se avienta… que llegó sin partido).

Por otra parte, tenemos al singular y gris personaje que, a costa de billetes, se pasea por todos los foros mediáticos nacionales (despreciando a los locales). Solo él se echa porras, vota por él y se motiva solo. Extraviado, cual buque sin brújula y sin bases, porque solo él cree que puede ganar una elección. Pero bueno, cualquiera se siente invencible con las personas a quienes consigue un buen hueso o una chambita.

El buen Federico Arturo, o mejor conocido como el forever loser, ha demostrado no tener ni idea de lo que se hace como legislador. Nula producción en el Congreso —que para eso le pagan—, pero al parecer eso no le interesa. Metido únicamente como merolico mediático, hasta se mandó hacer su propio foro televisivo en San Lázaro, creyendo que podria competir con la mañanera del Palacio Mayor. Porque eso sí, no falla a ninguna entrevista, aunque sea para una revista de sociales donde presume sus zapatitos de 25 mil pesitos, comprado en un mall de La Joya en Califas. Y claro, también se pone a la moda y se consigue a sus porristas periodistas… siempre mujeres. Curioso, ¿no? Hasta las hace diputadas, regidoras o les consigue chambas en oficinas donde no tienen ni idea de qué hacer, más que esperar la instrucción del siguiente “like”.

Y por otroi lado, como dice el dicho en política: lo que sube por elevador, baja por elevador. Ya hay quiniela entre los cuadros panuchos de la tierra buena, sobre quién se llevará el primer lugar como la flor de sexenio. Porque sí —una dolencia que acusa esa nueva clase política azul en esta tierra del like y del agandalle—. Quizá no alcanzan a entender el daño que le hacen a su partido al desentenderse de esa institucionalidad que les permitió llegar al poder. Ahora todos creen que quien hoy manda en esta tierra inventó el poder, y que el sol dejará de salir el día que le toque entregar la estafeta al próximo grupo que, de paso, este actuar , solo asfixia la actividad natural de lo público y lo privado.

Ojo, que lo único que están generando es una animadversión creciente en las bases contra tanto abuso, contra esa nueva corte de flores sexenales que usan gatillerillos de poca monta para insultar, calumniar y hostigar a compañeros y rivales políticos, a quienes —en su limitada visión— ven como lo mismo.

Y ya que andamos en esas, hagan sus apuestas: ¿quién será galardonado con la presea “Flor de Sexenio”? Se reciben votos para Diosdado, Galo, Chuya, Muñoz o Liz . Personajes todos que han demostrado gran talento… para treparse al poder sostenidos por otros, pero que —cuando se apague la fiesta— difícilmente lograrán trascender por sus propios méritos o capacidades.

El premio, para quien no esté familiarizado, se otorga a aquel funcionario que, una vez concluido este ciclo de gobierno, quedará tan olvidado como las promesas de campaña en época de elecciones. Así que vayan armando la quiniela, porque en Aguascalientes —como en Las Vegas— la casa siempre gana.

Hasta aquí subió la roca…