Chango León first class

Pues nada, queridos lectores, que el hoy presidente del Senado, ese mismo que hace unos días se dejó ver por la tierra de la gente buena con el pretexto de promocionar la elección judicial del próximo 1 de junio —ese galimatías que nadie entiende pero del que ya todos los pitonisos aseguran conocer el resultado porque, dicen, se pactó desde lo más alto del poder ejecutivo, local y federal— y que le gustan las giras por el viejo continente. No faltaba más.

El senador en cuestión, que viaja en primera clase para evangelizar a los políticos europeos sobre las bondades de nuestro sistema democrático (ese que, según él, hará historia al permitir que todos los juzgadores se elijan mediante una boleta que nadie entiende —ni los que las mandaron imprimir—), parece decidido a sentar precedentes.Aunque sólo él que ordenó este despropósito electoral, antes de retirarse a su rancho, sepa la verdadera razón de tanta premura.

Pero no nos desviemos. Nuestro otrora “arrastrado” senador, apodo ganado cuando se le tiró al piso al entonces presidente Ernesto Zedillo y tuvo que ser retirado por elementos del desaparecido Estado Mayor Presidencial, regresó a estas tierras con su característica promiscuidad política. Y, fiel a su estilo, vino a propinarle un golpe seco al vocero de la Cámara de Diputados federal, quien ante semejante porrazo mediático corrió a quejarse con el coordinador de los guindas en San Lázaro, acusando al ahora fifí senador de haberlo buleado en esta tierra de la gente buena.

Y eso que Chango León no ventiló públicamente lo que es vox populi: que el Iron Man Región 5 cerró un acuerdo con los azules de estas tierras para desarmar al buen diputade que entró de pluri 1 por discapacidad visual y sueña, dicen, con convertirse en el primer damo de las Aguascachondas. Aspira a que el guanajuatense que hoy ostenta ese peculiar trono le herede el cargo de marido incómodo. Qué cosas.

Pero como la soberbia, en este movimiento, parece fluir de un solo lado, Chango León se permitió insultar a los periodistas críticos, llamándolos cizañosos. Ah, pero cuidado: sólo él puede retar al pueblo bueno. Cualquier ciudadano que se atreva a cuestionarlo o a decirle unas cuantas verdades será objeto de escarnio público y humillación en recinto oficial, que maneja ya como si fuera de su propiedad.

Prueba de ello, lo ocurrido en una sala VIP de esas a las que no todos los mortales tenemos acceso: ahí, un abogado que se atrevió a enfrentarlo, hoy acabó ofreciendo disculpas públicas en el senado, luego de que el senador movilizara todo el aparato institucional para cobrar venganza. Así la congruencia de nuestra nueva clase política en el poder, que se comporta igual —o peor— que aquellos de quienes prometieron defendernos.

Y da pena, porque este movimiento que juró ser diferente anda de la greña en todos los estados. Apenas hace unos días, en Guerrero, un grupo de consejeros estatales de Morena cesó a su dirigente estatal por darse una vida de lujos, como si no supiéramos que en cada esquina del país los nuevos próceres de la patria andan estrenando residencias, camionetas y asesorías espirituales con cargo al erario.

En fin, así las cosas con la marea guinda.

Hasta aquí subió la roca…