Sábado 31 de Mayo de 2025 | Aguascalientes.

Felicidades, Maestros y Maestras… los Supervivientes de la SEP

Sísifo | 15/05/2025 | 11:32

Dicen los calendarios que hoy, 15 de mayo, es Día del Maestro. Y desde este pequeño y  lunar azul llamado Aguascalientes —donde todo es paz, orden y el PRI seguira apareciendo en las boletas como fantasma invitado— quiero rendir homenaje a esa especie en peligro de extinción: los profes. Sí, esos héroes sin capa, pero con cuaderno de rayas y credencial laminada del SNTE.
Porque si en este país hay quien merece altares, no son los influencers, ni los políticos que a todo le dicen “es un tema que estamos analizando”. Son los profes. Los mismos que, con salario de becario de telemarketing, aguantan grupos de mas de 45 adolescentes hormonales y cursos de actualización donde se discute, por décima vez, si la “Nueva Escuela Mexicana” será tan nueva como su nombre promete… o solo le cambiaron la portada a los libros.
Un poquito de historia para no perder la costumbre académica: resulta que fue un 15 de mayo de 1918 cuando se celebró por primera vez esta fecha en México, según decreto presidencial. Lo propuso Venustiano Carranza, que tal vez buscaba redimirse por tanto desorden revolucionario, y eligió la fecha por San Juan Bautista de La Salle, patrono de los educadores. Eso sí, nadie explica por qué se siguen usando pintarrones de hace veinte años, pero al menos tenemos una fecha con pretexto para regalarles una taza de “Mejor maestro del mundo” o, en su defecto, una foto grupal que terminará olvidada en un cajón.
En el noble oficio de formar generaciones, los maestros han visto pasar todas las reformas educativas posibles: la de Zedillo, que juró modernizar todo; la de Calderón, que intentó convertirlos en oficinistas con laptops desvencijadas; la de Peña Nieto, que los quería evaluar como si fueran vendedores de seguros; y la actual, donde se sigue redefiniendo qué significa “aprender a aprender” mientras se pelean por los libros de texto.
Aquí en Aguascalientes, la cosa no cambia mucho. Los profes siguen yendo a capacitaciones donde el PowerPoint tiene Comic Sans y frases motivacionales como “la educación es el arma más poderosa”, pero sin presupuesto para las balas. Se enfrentan al reto de enseñar civismo en tiempos de TikTok y matemáticas a generaciones que creen que una raíz cuadrada es una nueva red social.
Y a pesar de todo —de los cambios de secretario en la SEP, de los discursos huecos sobre “dignificar la labor docente” y de los bonos que nunca alcanzan—, ahí están. Sosteniendo un país que, sin ellos, colapsaría en dos semanas y media. Porque la educación en México sobrevive no gracias al sistema, sino a la vocación de aquellos que, contra toda lógica, siguen entrando a su salón con una sonrisa y la esperanza de cambiar aunque sea a uno.
Así que felicidades, profes. En especial a los de este lunar azul que, aunque pequeño, tiene corazón grande y aulas que todavía huelen a gis. Gracias por enseñarnos que lo importante no es solo memorizar los ríos de Europa, sino cuestionar por qué demonios siguen cambiando los programas educativos cada sexenio.
Hoy es su día. Mañana otra vez los dejarán sin “Qrs” ni bailes o conciertos, pero hoy… celebren. Se lo ganaron.
 
Hasta aquí subió la roca…