Lunes 19 de Mayo de 2025 | Aguascalientes.

LAINTELIGENCIA ARTIFICIAL APLICADAAL ÁMBITO JURÍDICO: EL RIESGO DE SU IMPLEMENTACIÓN

Dra. Lizbeth Xochitl Padilla Sanabria | 08/05/2025 | 11:47

En la operatividad del derecho punitivo, los juristas deben tener una formación específica en materia de protección multinivel de Derechos Humanos, propia de los Estados democráticos que forman parte de los tres ejes del Sistema Universal de Derechos Humanos: Sistema Interamericano de Derechos Humanos, Sistema Europeo de Derechos Humanos y Sistema Africano de Derechos Humanos.
Estos sistemas, a pesar de las distintas realidades sociales y jurídicas que perviven en dichos continentes, tienen características de protección de Derechos Humanos específicas y comunes, cuya dinámica de las normatividades internas de los Estados deben mínimamente contener, observar y aplicar hacia sus habitantes o gobernados.
La característica jurídica básica es, sin duda, la relación interna y externa entre la aplicación de la norma jurídica y la protección de los Derechos Humanos, cuya dinámica pretende poner límites a potestad punitiva del Estado.
Lo anterior implica que la dinámica jurídica operacional entre la emisión los actos de autoridad y los procedimientos jurídicos debe regirse por la sistemática heterárquica de los Derechos Humanos.
Es así como en la actualidad, a nivel global, se han venido desarrollando Inteligencias Artificiales capaces de crear norma jurídica e interpretarla; no obstante, los ordenamientos que las limitan y determinan su operatividad son casi nulos.
Bajo esa lógica, el riesgo básico en materia jurídica con la creación de inteligencias artificiales de corte restrictivo en materia de Derechos Humanos, es el posible surgimiento de ordenamientos jurídicos sesgados por estas y que pudiera convertir a los Estados Democráticos en Dictaduras.
Los juristas debemos estar conscientes que la inteligencia artificial la encontramos en todas partes; quizá podamos pensar que solamente es propia de la rama de las ciencias matemáticas o computacionales y que las ciencias sociales como el Derecho está fuera de su estudio.
Pensar como en líneas anteriores es una gran equivocación, pues la inteligencia artificial ya se encuentra desarrollando aplicaciones en el ámbito jurídico; por ello, los juristas debemos estar a la vanguardia en este tema, con la finalidad de entender su funcionamiento, así como sus aplicaciones benéficas, pero también en ámbitos de riesgo.
Bajo esa lógica y con la finalidad de comprender la importancia de la aplicación de la inteligencia artificial en el Derecho, haremos algunas anotaciones de los expertos desarrolladores de IA en el mundo.
Raymond Kurzweil, científico y experto en inteligencia artificial estadounidense, ha venido señalando en sus obras científicas las predicciones con respecto al avance de las máquinas inteligentes en la era de la humanidad, en las que señala incluso que las máquinas serán muchísimo mas inteligentes que los propios seres humanos.(Kurzweil, Raymond, La era de las máquinas espirituales, Editorial Planeta, Barcelona, 1999).

Algunas de las predicciones en torno a la inteligencia artificial de Raymond Kurzweil, son las siguientes:

En el año 2029 una unidad informática de mil dólares tiene la capacidad de cálculo de aproximadamente mil cerebros humanos. Las vías neuronales directas han sido perfeccionadas para una conexión al cerebro humano en una banda de gran amplitud. Cada vez se tiene más acceso a un abanico de implantes neuronales para potenciar la percepción y la interpretación visual y auditiva, la memoria y el razonamiento. Los ordenadores han leído toda la literatura y todo el material multimediático disponible que han engendrado el hombre o las máquinas. Se da una discusión cada vez más intensa acerca de los derechos legales de los ordenadores y sobre qué es un ser humano. Las máquinas proclaman que son conscientes y las afirmaciones como ésta gozan de aceptación generalizada.

En el año 2099 ya hay una marcada tendencia a la unión del pensamiento humano con el mundo de la inteligencia de la máquina que la especie humana creara inicialmente. Ya no hay distinción clara entre seres humanos y ordenadores. Las entidades más conscientes carecen de presencia física permanente. Las inteligencias basadas en máquinas y derivadas de modelos extendidos de inteligencia humana se proclaman humanas. La mayor parte de estas inteligencias no están ligadas a una unidad específica de procesamiento informático. La cantidad de seres humanos con soporte de software supera con mucho la de los que siguen utilizando el cálculo neuronal natural a base de carbono, e incluso entre estos últimos es normal que el uso de tecnología que aumenta notablemente las capacidades de percepción y de conocimiento. Los seres humanos que no recurren a esos implantes son incapaces de dialogar con los que se valen de ellos.
La esperanza de vida ya no es un término válido en relación con los seres
Inteligentes. 

Las predicciones de Kurzweil definitivamente nos hacen pensar y temer con respecto a las inteligencias artificiales que vienen en el futuro; de hecho, podríamos atrevernos a decir que la ciencia jurídica como la conocemos actualmente tiende a desaparecer, pues serían éstas las que se encargarían de determinar la operatividad jurídica en la siguiente era.
Evidentemente Kurzweil no es jurista, pero ello no implica que quienes lo somos no seamos conscientes de lo que esta pasando alrededor de los avances tecnológicos.
En ese sentido, considero que la problemática más amplia en torno a las IA’s es que no tenemos norma jurídica nacional, ni interamericana que se refiera al desarrollo, operatividad y control de las Inteligencias Artificiales, e incluso como limitarlas en cuanto a su contenido, así como poner cercos a efecto de que de ninguna manera sustituyan a los seres humanos.
De acuerdo a lo que nos dice Kurzweil, podemos decir que en el 2099 ya no existirán jueces humanos que hagan validos los derechos para la tutela a una protección efectiva, es decir, quien se encargaría de impartir justicia serían las Inteligencias Artificiales con toda la literatura que han leído y aprendido de los juristas.
Creo que no es así de sencillo la operatividad de la Ciencia del Derecho, pero quienes hemos dedicado nuestra vida a esta maravillosa ciencia sabemos que el Derecho puede y ha sido manipulado por el ejercicio del poder y que, evidentemente, existen resistencias al respecto; es decir, el desarrollo de las normas jurídicas obedecen a una lucha constante en las sociedades actuales y antiguas, por lo que, para que pudiera funcionar un ordenamiento jurídico bajo los lineamientos que señala Kurzweil, debería ser una ciencia jurídica hecha por y para inteligencias artificiales, lo que implicaría que el ser humano no tendría ninguna razón de ser en ese sistema social.
Por tanto, la problemática en la que nos encontramos es de suma gravedad: La extinción de la ciencia jurídica para los seres humanos será reemplazada por ciencia jurídica únicamente para inteligencias artificiales, en donde los seres humanos salen sobrando.
¿Qué hacer al respecto? Definitivamente, me encuentro en la peor encrucijada de mi carrera como jurista, pues los problemas solía resolverlos fácilmente con la teoría de sistemas y el reacomódo social a partir de la luchas entre contrarios, lo que Hegel le llamaría el método dialéctico; pero ello sólo era posible teniendo como elementos de análisis al ser humano y su desarrollo en diversas sociedades y épocas, pero, ¿cómo controlar una inteligencia artificial que aprende por sí misma y que es alimentada por el ejercicio del poder?, pero además, ¿Cómo controlar el desarrollo desmedido de una inteligencia artificial que ya no requiere a los humanos para pensar e incluso ser consciente?, y la peor pregunta que nos podríamos formular: ¿Algún día las inteligencias artificiales considerarán a los seres humanos como seres inferiores en virtud de que serán incluso más inteligentes que ellos y buscarán su destrucción?; aunado a lo anterior: ¿Las clases sociales se dividirán de acuerdo al nivel de inteligencia artificial? Y, además: ¿Habrá normas jurídicas que legalicen esa división de clase sociales?
Como se puede observar, los años venideros no serán nada fáciles para los juristas bajo estos entornos sociales del desarrollo de las inteligencias artificiales; sin embargo, considero que una solución, aunque no estoy muy segura de ella, es quizá la limitación de éstas, así como su supeditación a la constante revisión de los seres humanos bajo la operatividad de normas jurídicas, tal y como lo está haciendo la Unión Europea.