Lunes 2 de Junio de 2025 | Aguascalientes.

Dirección y Propósito: Cómo Alinear la Estrategia en Toda la Organización

Rafael Antonio Panamá Pérez | 07/05/2025 | 12:10

En El Arte de la Guerra, Sun Tzu afirma que “la victoria se consigue antes de librar la batalla”, haciendo énfasis en la importancia de la estrategia sobre la improvisación. En el mundo de las MiPyMEs mexicanas, esta lección cobra vida cuando hablamos de pasar de la planeación estratégica a la ejecución operativa. Porque trazar un mapa estratégico o establecer KPIs no basta si la organización no está alineada para ejecutar dicha estrategia de manera coordinada, enfocada y con sentido de propósito.

Robert Kaplan, creador del BalancedScorecard, lo expresó con claridad: “Si queremos implementar la Estrategia, esta debe ser transferida desde el equipo ejecutivo a toda la organización, es decir, desde los miembros de la compañía responsables de definirla, hasta aquellos capaces de ejecutarla en su trabajo diario.”
Esta transferencia estratégica, como si se tratara de un mensaje militar que debe llegar con precisión hasta el frente de batalla, es uno de los grandes desafíos que enfrentan las MiPyMEs.

¿Por qué es tan difícil alinear a toda la organización?

En las pequeñas y medianas empresas, el liderazgo suele concentrarse en pocas personas. Aunque esto puede ser una ventaja en velocidad de decisión, también puede convertirse en un obstáculo si la estrategia se queda en la cabeza del dueño o de un pequeño grupo de directivos. Sin un proceso claro de comunicación, desdoblamiento y seguimiento, los colaboradores terminan tomando decisiones basadas en intuición, costumbre o urgencia operativa —no en la estrategia.
Además, la resistencia al cambio suele estar presente cuando se introducen nuevos modelos de gestión. La desconfianza, la falta de claridad sobre los beneficios o la percepción de “más trabajo” generan barreras culturales que deben abordarse con sensibilidad y liderazgo.

¿Cómo alinear a toda la organización?

Para llevar la estrategia “del mapa al terreno”, la Oficina de Planeación Estratégica —o en su defecto el responsable de la estrategia en la empresa— debe fungir como traductor y guía. A continuación, te comparto algunas metodologías y enfoques prácticos que yo he aplicado:

1. Desdoblamiento estratégico (StrategyCascading)
El primer paso es traducir los objetivos estratégicos globales en metas específicas por área o equipo. Esto se puede hacer a través de sesiones colaborativas de desdoblamiento, donde cada líder de área identifica cómo su función contribuye a los objetivos corporativos.
Por ejemplo, si uno de los objetivos estratégicos es “Incrementar la satisfacción del cliente en un 20%”, el área de ventas podría enfocarse en mejorar la velocidad de respuesta, mientras que el área de operaciones podría trabajar en reducir los errores en la entrega.
Esta práctica no solo alinea prioridades, sino que también fomenta la rendición de cuentas y empodera a los equipos.
2. Revisión periódica de KPIs con enfoque colaborativo
Los KPIs no deben verse como simples números, sino como indicadores de progreso estratégico. Al compartir de forma periódica los avances con todo el personal, se fortalece la conciencia del rumbo organizacional.
Además, involucrar a los colaboradores en la interpretación de estos indicadores (¿por qué bajamos?, ¿qué hicimos bien?, ¿qué podemos mejorar?) convierte a los equipos en aliados de la estrategia, no solo en ejecutores pasivos.
3. Uso de tableros visuales y reuniones de alineación
Una herramienta simple pero poderosa es el uso de tableros de indicadores visuales en áreas comunes, acompañado de reuniones breves de seguimiento (como los “huddles” en metodologías ágiles).
Esto facilita el entendimiento común de las prioridades del mes o de la semana, y genera un ambiente de colaboración y enfoque.


4. Gestión del cambio cultural
La resistencia al cambio es natural. Para mitigarla, se recomienda:
• Comunicar con claridad el “por qué” de cada iniciativa. Las personas se comprometen más cuando entienden el propósito detrás de los cambios.
• Celebrar avances y reconocer públicamente los logros. Esto fortalece el sentido de pertenencia.
• Escuchar activamente al personal. Sus dudas o comentarios pueden ser la clave para mejorar la implementación.
5. Capacitación y liderazgo participativo
La alineación no se impone, se construye. La capacitación en temas estratégicos básicos para mandos medios y operativos permite que todos hablen el mismo lenguaje. También es importante formar líderes facilitadores, que no solo den instrucciones, sino que inspiren compromiso.
—Cada uno de estos puntos tiene un propósito específico y, por lo general, se complementan entre sí. Por ello, te recomendamos utilizar y combinar aquellos que consideres más adecuados para tu organización—.

Ventajas de una organización alineada

Cuando todos los colaboradores entienden cómo su trabajo contribuye a la estrategia, se generan importantes beneficios:
• Sinergia entre áreas. Se rompe el trabajo en silos y se promueve la colaboración interdepartamental.
• Mayor sentido de pertenencia. El personal se siente parte de un propósito mayor.
• Mejora en la toma de decisiones. Al tener una brújula estratégica común, las decisiones operativas tienden a alinearse con los objetivos globales.
• Mayor velocidad de ejecución. Menos tiempo explicando, más tiempo actuando.


¿Y en una MiPyME, esto es posible?

Sin duda. De hecho, una pequeña estructura puede facilitar la implementación de estas prácticas. Lo importante es tener claridad estratégica, voluntad de comunicar y disciplina para hacer seguimiento.
Empieza por pequeños pasos:
• Identifica a la persona o equipo responsable de coordinar la estrategia.
• Organiza una sesión para compartir el mapa estratégico y los objetivos con todo el personal.
• Desarrolla metas por área y define indicadores simples.
• Realiza reuniones breves mensuales de revisión.
• Celebra logros y corrige desvíos en equipo.

Conclusión

La estrategia no debe quedarse en la sala de juntas. En palabras de Kaplan, debe llegar “hasta aquellos capaces de ejecutarla en su trabajo diario”. La victoria, como decía Sun Tzu, está en la preparación, en la organización y en la disciplina del ejército. En las MiPyMEs, alinear al equipo a la estrategia no es solo deseable: es esencial para sobrevivir y crecer en un entorno tan competitivo como el actual.
Hoy más que nunca, tu empresa necesita que cada colaborador sepa hacia dónde va, por qué va ahí y cómo puede aportar en ese camino. La batalla del mercado se gana con estrategia, pero también con alineación.