En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, son las mujeres quienes están reconfigurando silenciosamente los límites de la innovación, creando soluciones que responden no solo a necesidades técnicas, sino a profundas preocupaciones sociales, ambientales y económicas.
La narrativa tradicional nos ha acostumbrado a ver a las mujeres como receptoras de tecnología, raramente como sus creadoras. Sin embargo, un vistazo más cercano al panorama actual revela una realidad distinta: son precisamente las científicas, ingenieras y emprendedoras quienes están liderando algunas de las transformaciones más significativas en la tecnología contemporánea.
Te voy a presentar algunos casos donde ellas lideran:
Desde Norteamérica el caso de Fei-Fei Li, cuyo trabajo pionero en inteligencia artificial ha revolucionado el campo de la visión computacional. Su proyecto ImageNet sentó las bases para los avances actuales en reconocimiento de imágenes, pero lo verdaderamente revolucionario de Li va más allá de sus contribuciones técnicas. Su iniciativa "AI4ALL" busca democratizar la IA, incorporando a jóvenes de comunidades subrepresentadas, especialmente mujeres, en un campo históricamente dominado por hombres.
En América Latina, Cecilia Flores ha transformado la seguridad ciudadana con "Alert Cops", una plataforma que utiliza tecnología blockchain para crear registros incorruptibles de personas desaparecidas. Lo que comenzó como una respuesta personal a la crisis de desapariciones en México se ha convertido en una herramienta adoptada internacionalmente, demostrando cómo las soluciones tecnológicas diseñadas desde perspectivas diversas responden a necesidades que frecuentemente quedan invisibilizadas.
En el ámbito de sostenibilidad, Patricia Amézaga Madrid --quien este 2023 ganó el Premio Ada Byron a la Mujer Tecnóloga, Capítulo México ha desarrollado sistemas de purificación de agua que utilizan nanopartículas biodegradables, reduciendo drásticamente los costos y el impacto ambiental comparado con métodos tradicionales. Su enfoque no se limita a la innovación técnica; ha implementado modelos de distribución que priorizan comunidades vulnerables y capacitación local, haciendo que la tecnología sea verdaderamente accesible donde más se necesita.
Lo que distingue estas innovaciones no es solo su excelencia técnica, sino su enfoque integrador. Las tecnologías desarrolladas por mujeres tienden a considerar dimensiones frecuentemente ignoradas: accesibilidad económica, impacto social diferenciado, sostenibilidad a largo plazo y aplicabilidad en contextos diversos.
Esta tendencia no es casualidad. Al experimentar personalmente las limitaciones de tecnologías diseñadas sin considerar sus necesidades o perspectivas, muchas innovadoras han desarrollado lo que la investigadora y periodista titular del proyecto Women’s Room, Caroline Criado Perez denomina una "conciencia del vacío de datos" —la capacidad de identificar dónde los sistemas existentes fallan al no considerar la diversidad humana.
En el sector financiero, sistemas como "BloomBank", desarrollado por la economista Shivani Siroya, están reconfigurando los modelos de evaluación crediticia para incluir indicadores relevantes para emprendedoras informales, históricamente excluidas del sistema bancario tradicional. Su plataforma ha facilitado más de dos millones de microcréditos, demostrando que la inclusión financiera puede ser tanto rentable como transformadora.
Cuando ellas lideran el patrón es claro: si las mujeres desarrollan tecnología, generalmente tienden a crear sistemas más inclusivos que responden a necesidades diversificadas. No es esencialismo de género, sino el resultado natural de experiencias vividas que informan perspectivas distintas sobre los problemas a resolver.
Mientras celebramos estos avances, es fundamental reconocer que persisten obstáculos significativos. Las innovadoras siguen enfrentando brechas de financiamiento, sesgos en evaluación de proyectos y entornos laborales que frecuentemente desvalorizan sus contribuciones.
El momento actual exige más que celebrar excepciones. Requiere transformar los sistemas que determinan qué innovaciones reciben apoyo, qué problemas se consideran prioritarios y qué voces son escuchadas en los espacios donde se define el futuro tecnológico.
La verdadera revolución no está solo en los laboratorios o startups liderados por mujeres extraordinarias, sino en reimaginar un ecosistema tecnológico donde la diversidad de perspectivas no sea la excepción, sino el estándar. Porque la tecnología más avanzada no será aquella con los algoritmos más complejos, sino la que mejor responda a la compleja diversidad de la experiencia humana.
Las protagonistas de esta historia no buscan simplemente un lugar en la mesa ya establecida; están diseñando nuevas mesas, con arquitecturas más incluyentes y sostenibles. Y en ese proceso, están redefiniendo lo que significa la excelencia tecnológica para el siglo XXI.
Gwendolyne Negrete es Country Chair Financial Empowerment and Inclusive Policies G100 México
