Mientras usted andaba en la feria y los diputados jugaban con sus letras de oro, el próximo 1 de junio se fragua en Aguascalientes una elección judicial inédita… y absolutamente controlada. La ‘legión extranjera’ ya tomó posiciones y las boletas vuelan. Aquí le cuento el desfiguro.
Mis queridos y siempre bien descansados amigos enferiados, aquí les traigo una nueva entrega de esta gustada, necesaria y a veces incómoda sección. Como ya se sabe —o se debería saber, porque parece que a nadie le importa—, este próximo 1 de junio tendremos en Aguascalientes una elección peculiar, la de jueces y magistrados del poder judicial local.
La principal promesa oficial es que ninguno de los poderes intervendrá en el proceso. Qué bonita mentira, tan tierna como ingenua. Porque si algo distingue a nuestro folklórico sistema político es esa habilidad de entrometerse sin que se note… o sin que importe. Y claro, la tentación es muy fuerte, sobre todo para dos de los personajes más incómodos del actual gobierno estatal, familiares cercanos de quien manda en el estado. No sabemos si con permiso o por la libre —queremos creer que no, pero la historia local nos grita lo contrario—. Y como ya es costumbre, estos personajes suelen meter en problemas a la titular del Ejecutivo.
Pues bien, parece que este 1 de junio no será la excepción. La famosa "legión extranjera" del gobierno estatal, ese grupo de asesores, operadores y personajes importados de otras tierras, se ha apoderado de los mejores espacios y candidaturas para la elección judicial. Y aquí viene lo sabroso, más de 20 de los candidatos a juzgadores actualmente cobran en la nómina estatal. Sí, leyó usted bien. Están ahí, cobrando y esperando turno. Y claro, nadie repara en la falta de ética, el claro conflicto de interés y la absoluta desvergüenza que esto representa.
Pero como decíamos al inicio, parece que la tentación por desvirtuar la elección judicial local es tan fuerte como lo fue aquella de querer imponer a su candidata favorita en la elección de la Reina de la Feria. Porque aquí, hasta para elegir a la soberana del trono cervecero hay grilla y dedazo.
Lo irónico del asunto es que no habría necesidad de ensuciar este proceso. La participación se preveve sea tan raquítica y controlada, que muchos de los puestos prácticamente ya están entregados o asignados desde el Ejecutivo. Pero no, siempre hay quien insiste en dejar su huella anecdótica y sus torpezas memorables.
Así que bien haríamos en poner los ojos sobre los Talleres Gráficos del Estado,que depende de la Secretaria de Administracion , para revisar con lupa la cantidad de boletas, el papel utilizado, y hasta los empaques de los paquetes electorales. Porque de aquí a que se repartan las miles de boletas para esta elección, todo puede pasar.
Y que no se les ocurra a nuestros millonarios partidos políticos —sí, esos que nos cuestan mas de 80 millones de pesos anuales en prerrogativas locales— movilizar a sus bases o intervenir en los resultados. Porque no es su elección, pero sabemos que cuando huelen poder, no hay veda ni decencia que los detenga.
Esperemos también que los diputados, tan entusiasmados con sus recientes letras de oro, presten atención a la correcta realización de esta elección judicial. No vaya a ser que luego anden muy indignados… pero ya con la nómina actualizada.
Hasta aquí subió la roca.