Hoy, mero día de San Marcos, el santo patrono de nuestra feria “brutal” (Micha dixit), es jornada de fiesta y alegría. Una tradición que, durante años y generaciones, hemos celebrado en la tierra de la gente buena, sin necesidad de parafernalia ni pirotecnia política. Nuestra sociedad, siempre fraterna, se ha sumado de manera natural a esta celebración, que está a nada de cumplir 200 años.
Sin embargo, como buenos mexicanos de abolengo presupuestal, nuestros muy productivos y cercanísimos diputados locales —que nos cuestan la friolera de 280 millones de pesos al año (sí, doscientos ochenta millones)— decidieron que lo suyo, lo suyo, es poner en letras de oro en su casino (que también se pagan de nuestros impuestos) el nombre de la feria y sus tradiciones. Quizá para justificar los 36 meses de pachanga institucional que se cargaran durante su productiva gestion, y de paso, cumplir con la oficialía de partes que son del edificio de enfrente, donde despacha su jefa.
Pero bueno… es tan buen día para la fraternidad, que hasta el vapuleado Paquín fue a la misa de gallo en honor a San Marcos. Oficiada, claro, por el obispo, Paquín fue a pedir perdón por sus pecados de omisión como responsable de esta feria que ya parece tianguis sobre ruedas y del desastroso Foro de Rancho que, dicho sea de paso, deberían de ir a Puebla, allá sin porblema accesa la gente a su foro de la feria.
Aunque —en descargo suyo, dicen sus más cercanos— el inútil QR que instalaron, más que para recabar datos (¿llamadas desde Inglaterra, quizá?), ha sido mero adorno digital. Porque los verdaderos responsables del desorden vivido en ese foro son los de la empresa de “seguridad”, a quienes se les pagan millones por asegurar el desmadre, maltratar ciudadanos que ingenuamente creyeron que formarse virtualmente y luego bajo las inclemencias del clima les garantizaría un lugar digno.
Pero claro, dicha empresa presume tener un padrino de esos que no se tocan ni con el pétalo de una recomendación. Nadie les dice nada, nadie les pide cuentas, y mucho menos se atreve a bajarlos de su nube de prepotencia.
Y como si no bastara, para justificar los millones que les sueltan, ahora los pondrán a catear a los medios que accesen al foro y sean compas de la oficina de comunicación del patronato, porque resulta que a algunos de sus medios “favoritos”, bendecidos con acceso VIP al foro, les dio por fumarse su churro de Juanita en pleno concierto del Maron. Si bien es sabido que algunos reporteros son fieles devotos del dios Baco, nunca había tocado, al menos de esta manera, que algún influencer acreditado de prensaemulara a la célebre Cucaracha… así nomás.
¡¡¡Viva Aguascalientessss…!!! Hasta aquí subió la roca.