Sábado 31 de Mayo de 2025 | Aguascalientes.

Humo negro…Humo blanco para el mundo

Ricardo Heredia Duarte | 22/04/2025 | 13:05

Resulta ineludible escribir sobre el suceso más relevante del mundo en estos momentos, el fallecimiento del papa número 266 en la historia de la Iglesia Católica. De acuerdo con la Santa Sede (página oficial del Vaticano), Jorge Mario Bergoglio, su nombre de pila, nació el 17 de diciembre de 1936 en Buenos Aires, Argentina, y falleció este lunes en la Ciudad del Vaticano a los 88 años.

Según los datos más recientes del Anuario Pontificio 2025 y el Annuarium Statisticum Ecclesiae 2023, publicados por el Vaticano, en 2023 había aproximadamente 1,406 millones de católicos en el mundo, lo que representa un aumento del 1.15 % respecto a los 1,390 millones de 2022. Los católicos representan, así, cerca del 18 % de la población mundial, estimada en 8,000 millones de personas en 2023.
En el caso de México, no hay datos oficiales para 2025 del INEGI ni del Vaticano. Sin embargo, según el Censo de Población y Vivienda 2020 del INEGI, había alrededor de 98 millones de católicos, representando el 78 % de la población total (126 millones). Si se consideran las tendencias de disminución observadas en las últimas décadas 88 % en 2000, 82.7 % en 2010 y 77.7 % en 2020, y el crecimiento poblacional estimado de México (aproximadamente 129.2 millones en 2024), se puede calcular que para 2025 el número de católicos podría estar entre 95 y 98 millones. Esta proyección parte de una reducción anual de aproximadamente 0.5 % en la proporción de católicos y un crecimiento poblacional del 1 % anual.
Estas cifras, sin embargo, deben leerse con más profundidad. ¿Tiene algo que ver esta pérdida de catolicismo con la violencia creciente y la desintegración familiar en nuestro país? ¿Qué ha dejado de hacer la Iglesia como institución? ¿Qué otros factores, más allá del Estado laico, han influido en esta disminución porcentual de la fe católica entre los mexicanos? ¿A quién, o a quiénes, les resulta conveniente una población sin fe ni esperanza trascendente? ¿Cómo ha influido el neoliberalismo descarnado y deshumanizante, en las creencias y dinámicas sociales del México contemporáneo?
La muerte de este jesuita, el papa Francisco, quien fue el primer pontífice perteneciente a la Compañía de Jesús, no es un hecho menor. Elegido el 13 de marzo de 2013, fue un pastor que enfrentó desafíos grandes y transformadores en una Iglesia milenaria. Abrió espacios para que la mujer ocupara roles relevantes, más allá de las funciones tradicionales de atención y servicio dentro de la jerarquía eclesial. También mostró apertura hacia la diversidad sexual, los divorciados y otros colectivos históricamente marginados.
Francisco no fue un revolucionario ideológico, sino un reformador espiritual que, con el Evangelio en mano, se atrevió a ir a las periferias existenciales del mundo moderno. No es menor tampoco su crítica al consumismo, a la indiferencia global y a los intereses de los poderosos. En un contexto donde muchas estructuras tradicionales han sido debilitadas o atacadas, como la familia entendida desde el modelo hombre-mujer, la Iglesia ha enfrentado el asedio de lobbies ideológicos y políticos que, más allá de la legítima crítica, han pretendido desmantelar su autoridad moral y su función como brújula ética de las sociedades.
En nuestro país, la relación entre Iglesia y Estado ha sido compleja. Desde las Leyes de Reforma en el siglo XIX, pasando por la Guerra Cristera en los años treinta, la Iglesia ha sido muchas veces colocada en el papel de enemiga del gobierno. No obstante, cuando se ha logrado tejer fino entre "lo del César y lo de Dios", esta institución ha sido clave en la construcción de paz social, esperanza, consuelo y tejido comunitario donde el aparato estatal simplemente no llega.
Hace apenas unas horas falleció el Papa Francisco. Será un desafío mayúsculo encontrar a quien continúe su labor transformadora en una Iglesia que hoy camina por senderos difíciles. Minorías ideológicas la consideran enemiga, y poderosos intereses económicos y geopolíticos ven incómodo a un líder carismático que les confronta contra el exceso, la hipocresía y el cinismo que hoy, muestran cada vez con más desparpajo algunos gobernantes de México y del mundo.
Ojalá que, ante las deliberaciones trascendentes en nuestras familias, comunidades, organizaciones y países, haya menos humo negro y, cada vez más, humo blanco. Que vuelva el consenso. Que regrese la fe. Que resurja la esperanza.

"El dinero debe servir y no gobernar.": Papa Francisco