Desde el Lunar Azul: 'El Último Fantástico y los Viajes Estériles del Poder'

¡Ah, mis queridos lectores de esta tierra de aguas termales, corazones calientes y políticos tibios! Hoy vengo con mi pluma afilada y mis lentes empañados por el vapor de tanto viaje al extranjero de nuestras luminarias políticas. Pero no, esto no es turismo, ¡es diplomacia! Aunque, claro, si la diplomacia incluye sesiones de spa, catas de vino en la Toscana y fotos en Instagram con filtro "gobernanza global", entonces estamos revolucionando la política exterior local.

Vamos por partes, como diría Jack el Destripador, pero con más clase azul.

El Último Fantástico y su agónica epopeya, ese viejo guerrero del PAN que ya debería tener su estatua ecuestre en la Plaza Patria (aunque sea montado en una scooter azul) sigue en pie de guerra. Lo llaman el Último Jinete del Apocalipsis, y no porque sea el más temido, sino porque ya nomás queda él de los antiguos, y, como los buenos tequilas, se está acabando.
El Couch no quiere soltar prenda, ni silla, ni secretaria del Ayuntamiento. ¿Por qué? Porque sabe que si cede esa posición, comienza su ocaso. Y eso, damas y caballeros, en el PAN se traduce en el equivalente a jubilarse en el ISSSSPEA, pero sin haber sido asesor en Asientos.

Por otro lado, dicen que la generalísima local tiene una adelita itinerante, en esta guerra de posiciones y corazones, que, entre viaje y viaje, ya podría montar su propia agencia turística. Que si a Europa, que si a Asia, que si a Tlaxcala (¡uy, qué exótico!), lo importante es que regresa con nuevos bronceados, pero sin mucho qué reportar.
Dicen que el pueblo no entiende; pero claro, ¿cómo va a entender uno la alta diplomacia de tomarse selfies, mientras aquí nomás nos llega la cuenta?
Y en esta lucha por ver quién cuelga más viáticos del presupuesto público, aparece esta funcionaria, experta en el arte de la "cachetada con guante blanco". Si esto fuera una novela de Televisa, se llamaría: "El presupuesto también viaja".

Mientras tanto, el "niño", ese que entró al quirófano más por estrategia que por salud, sigue esperando ser alzado políticamente como Simba en El Rey León; pero el sol no brilla para todos, y menos cuando hay tanto eclipse interno.
Se esperaba que su llegada fuera con bombo, platillo y, quizás, una batucada brasileña, pero nada… Cada día, después de pedir licencia, se desinfla como piñata sin niños. La credibilidad se le escapa como agua entre las manos, y eso que estamos en la tierra del agua caliente.

En Aguascalientes, la política ya no es una ciencia ni un arte… es un reality show sin guion, pero con presupuesto. El PAN vive su lucha interna como si fuera Game of Thrones, pero con solo dragones de deuda. Y mientras el pueblo espera resultados, ellos nos regalan episodios de esta tragicomedia que ni Netflix se atrevería a producir.

Pero tranquilos… ¡que ya viene la Feria!

Hasta la próxima entrega, donde, si no arde el rancho, mínimo humea.

Hasta aquí subió la roca…

Por Sísifo.