Domingo 20 de Abril de 2025 | Aguascalientes.

787 días

Sísifo | 06/04/2025 | 08:00

Desde hoy hasta el 1 de junio de 2027 faltan exactamente 787 días. Aunque ese día caerá en martes, tentativamente, porque en México hasta el calendario es sujeto a consulta, se celebrará la elección federal en los 32 estados de esta república surrealista, 500 escaños de San Lázaro estarán en juego, 300 por mayoría relativa y 200 por representación proporcional, porque la democracia también tiene su combo mixto.
 
En 17 estados, además, se renovarán las gubernaturas. Sí, parecieran muchos días, pero como cantó Sabina, ese filósofo de la derrota alegre, el tiempo a veces “dura lo que duran dos peces de hielo en un whisky on the rocks”. Y en la política mexicana, eso es casi literal.
A estas alturas del calendario, los y las gobernadoras ya sienten el viento del final soplarles en la nuca. Entran en la temida "curva de descenso", donde los discursos suenan huecos, las encuestas no perdonan, y el favorito o favorita de palacio comienza a relinchar como delfín en celo, soñando con la sucesión que garantice un retiro cómodo... o al menos sin sobresaltos judiciales.
Pero he aquí el drama, muchos de esos ejecutivos y ejecutivas estatales se rodearon, por compromisos de campaña y no por méritos, de un séquito leal, sí, pero de capacidades administrativas que dejan mucho que desear. Como quien arma un equipo de fútbol con puro primo.
Se perdieron entre grillas, selfies, y convenios que suenan muy bien en el boletín de prensa, pero que rara vez pasan de la firma y la foto. Por ejemplo, en estados como nuestra querida Aaguascachondas (sí, esa tierra donde la política y el termómetro compiten a diario), la gobernadora busca desesperadamente atraer inversiones dentro y fuera del país. Sin embargo, el problema no es la voluntad del ejecutivo, sino la falta de habilidad para dominar el arte político de la ubicuidad ejecutiva, estar en todo sin perder el control de nada.
Y así, los grandes anuncios se evaporan como el hielo en el whisky, dejando sólo la resaca de los proyectos fallidos y una lista larga de buenas intenciones.
Como diría el maestro Joaquín Ramón, el nacido en Úbeda…
“Qué pena tan grande... Negaría el Santo Sacramento en el mismo momento que tú me lo pidas.”
 
Hasta aquí subió la roca…