La semana pasada hablamos de la gestión empresarial como el arte de equilibrar visión y ejecución, una danza constante entre lo que una empresa quiere lograr y lo que realmente puede poner en práctica. En ese contexto, analizamos cómo la Planeación Estratégica da dirección, y la ejecución la convierte en resultados tangibles. Hoy quiero profundizar en ese puente que une ambas partes: las iniciativas estratégicas.
Cuando una MiPyMe diseña su Mapa Estratégico, plasma una lógica causa-efecto entre objetivos agrupados en cuatro perspectivas: Financiera, Clientes, Procesos Internos y Aprendizaje & Desarrollo. Pero aquí hay un punto clave que muchos pasan por alto: las iniciativas estratégicas no se diseñan para todas las perspectivas.
¿Por qué no todas las perspectivas llevan iniciativas?
Una confusión común en la ejecución de la estrategia es pensar que se deben lanzar iniciativas directamente sobre los resultados deseados, es decir, en las perspectivas Financiera y de Clientes del mapa estratégico. Sin embargo, este enfoque es incorrecto. Estas dos perspectivas representan el efecto, no la causa.
Los creadores del BalancedScorecard, Robert S. Kaplan y David P. Norton, lo explican claramente en sus obras "TheStrategy-FocusedOrganization" (2001) y "Execution Premium" (2008):
“Las perspectivas de Procesos Internos y de Aprendizaje y Crecimiento contienen los impulsores —los motores— del desempeño futuro. Son los ámbitos donde se deben enfocar los esfuerzos y recursos mediante iniciativas estratégicas para provocar cambios reales en el negocio.”
En otras palabras, las iniciativas deben surgir de las perspectivas donde se genera el cambio, no donde se espera el resultado.
Tomemos el ejemplo de una panadería que busca aumentar su rentabilidad (objetivo Financiero) y mejorar la satisfacción del cliente (objetivo de Clientes). Sería un error iniciar directamente una iniciativa titulada “Mejorar rentabilidad” o “Fidelizar clientes” sin atacar primero las causas estructurales que afectan esos resultados.
En cambio, la panadería debería desarrollar iniciativas como:
• “Automatizar la producción”: para mejorar la eficiencia operativa.
• “Capacitar al personal en atención al cliente”: para elevar la experiencia de compra.
• “Desarrollar nuevos productos saludables”: para diferenciarse en el mercado.
Estas iniciativas están alineadas con la perspectiva de Procesos Internos (optimización, innovación, calidad) y con la de Aprendizaje y Desarrollo (competencias, cultura, infraestructura tecnológica).
Kaplan y Norton refuerzan este punto señalando que:
“Los objetivos financieros y de clientes no se alcanzan directamente, sino como resultado de mejoras en capacidades organizacionales y procesos críticos.”
¿Qué es una iniciativa estratégica?
Es un proyecto temporal con inicio y fin definidos, alineado a un objetivo del mapa. Representa el cómo se va a lograr dicho objetivo. No basta con decir “quiero ser más eficiente”, hay que responder ¿cómo lo voy a lograr? Ahí nace la iniciativa.
Y si bien muchas MiPyMes identifican buenas ideas, fallan en su implementación. ¿La razón? No cuentan con una metodología clara para gestionarlas.
De la idea a la acción: metodologías para ejecutar iniciativas
Existen diversas metodologías para llevar las iniciativas del papel a la realidad. Algunas de las más comunes son:
• PMI (Project Management Institute): Enfoque tradicional, muy útil en proyectos grandes o con alta regulación.
• Lean Project Management: Enfocado en reducir desperdicios y generar valor rápidamente.
• Kanban: Visualiza el trabajo en flujo continuo, útil para ambientes con tareas constantes.
• SCRUM: Ideal para ambientes cambiantes, proyectos ágiles y equipos pequeños o multidisciplinarios.
¿Por qué considero SCRUM es ideal para MiPyMes?
Porque se adapta a la realidad de las MiPyMes: pocos recursos, necesidad de resultados rápidos, y estructuras horizontales.
SCRUM divide el proyecto en ciclos cortos llamados sprints (generalmente de 2 a 4 semanas). En cada sprint, el equipo trabaja en una parte del proyecto, la prueba, la revisa y luego decide los siguientes pasos. Esta lógica permite corregir el rumbo rápidamente, mejorar constantemente y tener entregables funcionales desde el inicio.
Las mejores técnicas para aplicar SCRUM en una MiPyMe
1. Product Backlog claro y priorizado: Una lista ordenada de lo que se quiere lograr. Evita que el equipo se pierda en actividades sin valor.
2. Sprint Planningcolaborativo: Todos los involucrados deben participar para comprometerse con los objetivos del sprint.
3. Daily Stand-Up Meetings (reuniones diarias de pie): Reuniones de 15 minutos para alinear avances, detectar obstáculos y mantener foco.
4. Sprint Reviewcon retroalimentación del cliente interno o externo: Permite validar si se está cumpliendo con lo esperado.
5. Sprint Retrospective honesta: El equipo reflexiona sobre qué funcionó, qué no, y cómo mejorar para el siguiente sprint.
Conclusión
Una estrategia sin ejecución es solo un sueño, y una ejecución sin dirección es un gasto de recursos. Las iniciativas estratégicas son ese camino claro entre ambos extremos. Entender que se originan en los procesos y capacidades internas, y no directamente en los resultados financieros o comerciales, cambia por completo la forma en que una MiPyMe debe actuar.