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Dolores Jiménez y Muro: Intelectual, periodista y revolucionaria hidrocálida

Ricardo Godina | Plano Informativo | 14/03/2025 | 14:05

Aguascalientes, AGS.- Marzo es un mes dedicado a reconocer la lucha y los logros de las mujeres en México, destacando su papel en la historia y en la construcción de una sociedad más justa. En este contexto, es fundamental recordar a figuras como Dolores Jiménez y Muro, una mujer nacida en Aguascalientes que desafió las normas de su tiempo y dejó una huella imborrable en el periodismo y la Revolución Mexicana.
 
Dolores Jiménez y Muro nació en Aguascalientes en 1848 y desde muy joven se interesó por la lectura y la justicia, influenciada por su padre y el acceso a una biblioteca familiar bien surtida. A los nueve años, su familia se trasladó a San Luis Potosí, donde continuó su educación de manera autodidacta y comenzó a destacar por su habilidad para escribir.  
 
En su juventud, se relacionó con intelectuales y políticos liberales de la época, como Manuel José Othón y Camilo Arriaga. En estos círculos, su pensamiento crítico se fortaleció y se unió a la lucha por la justicia social. Su compromiso la llevó a integrarse en clubes liberales y a fundar agrupaciones de mujeres con ideales políticos combativos, como Hijas de Cuauhtémoc, en donde compartió lucha con figuras como Juana Belén Gutiérrez de Mendoza y Elisa Acuña Rosete. 
 
A través del periodismo, Jiménez y Muro difundió sus ideas en diarios como "La Esmeralda" y "La Sombra de Zaragoza", siendo una de las primeras mujeres en ejercer esta profesión en el país.
 
Posteriormente, colaboró con "El Diario del Hogar", dirigido por Filomeno Mata, consolidándose como una férrea opositora al régimen de Porfirio Díaz. También impulsó la formación de la agrupación Socialistas Mexicanas y fue autora del Plan Político y Social de Tacubaya, un documento que exigía la renuncia del dictador e impulsaba a Francisco I. Madero.
 
Sus ideales sobre la restitución de tierras y la reforma agraria llamaron la atención de Emiliano Zapata, quien la invitó a unirse a su movimiento y le otorgó el grado de general brigadier. En el zapatismo convivió con las huestes zapatistas escondida entre montañas y cuevas, además redactó el prólogo del Plan de Ayala y se mantuvo activa en la lucha hasta la muerte de Zapata en 1919.  
 
En sus últimos años, siguió escribiendo y participando en la educación rural, aunque vivió en condiciones precarias. Falleció en la Ciudad de México en 1925, dejando un legado como una de las revolucionarias y pensadoras más destacadas de México. En la famosa fotografía donde Zapata y Villa posan en la silla presidencial, ella es la única mujer presente, reflejando su papel en la historia del país.  
 
Fuente: Martínez, J.R. (2024). Damas de Potosí.