"México comienza el 2025 con un duro golpe: el Banco de México ha recortado su pronóstico de crecimiento a solo 0.6%. Esto impactará directamente en la generación de empleos, reducirá la inversión extranjera y desacelerará el crecimiento en sectores estratégicos como la manufactura y los servicios. Esta cifra nos obliga a preguntarnos: ¿estamos preparados para enfrentar una desaceleración económica sin caer en la parálisis?"
Un golpe de realidad
El 2025 arrancó con un golpe de realidad. El Banco de México ha reducido su pronóstico de crecimiento económico para este año del 1.2% al 0.6%. Este ajuste refleja la debilidad económica proyectada, especialmente para el primer semestre del año, debido a la baja en el consumo y la inversión privada. Además, el entorno de "elevada incertidumbre" por las políticas del nuevo gobierno estadounidense, incluyendo la posible imposición de aranceles, la renegociación de acuerdos comerciales y las restricciones a la inversión extranjera, ha contribuido a esta revisión.
Factores que explican la desaceleración
Este recorte en el pronóstico no es fortuito. Es el reflejo de un entorno que exige respuestas urgentes. La amenaza de un 25% de aranceles a las importaciones mexicanas por parte de la administración Trump genera incertidumbre en sectores clave como el manufacturero y automotriz, pilares del crecimiento mexicano. México envía más del 80% de sus exportaciones a EE.UU., y cualquier barrera comercial impactará la inversión y el empleo.
Además, la inflación, aunque bajo control, ha reducido el poder adquisitivo de las familias. Menos consumo significa menor dinamismo para sectores como el comercio minorista, servicios y manufactura. Las tensiones políticas y la falta de claridad en algunas políticas públicas han llevado a inversionistas a adoptar una postura de espera. La economía no crece si no hay confianza. Y si bien México es una potencia en manufactura automotriz, la transición hacia vehículos eléctricos y las nuevas regulaciones han puesto en jaque a la industria, que necesita reinventarse para seguir siendo competitiva.
De la reacción a la acción
México no puede seguir esperando. Mientras otros países han aprovechado la crisis global para fortalecer sus economías, nosotros seguimos sin una estrategia clara. Un ejemplo es Alemania, que ha implementado una política de incentivos fiscales y apoyo a la digitalización para sus industrias, logrando una recuperación sostenida y un fortalecimiento de su producción local. De igual forma, Corea del Sur ha apostado por la inversión en tecnología avanzada y capacitación de su fuerza laboral, lo que le ha permitido posicionarse como un líder en innovación industrial. ¿Por qué México no está tomando medidas similares para consolidar su economía? ¿Vamos a permitir que la falta de decisión nos condene a la irrelevancia económica?
Las empresas deben adoptar modelos de negocio flexibles, implementar planes de contingencia económica y diversificar fuentes de financiamiento. La clave está en la cooperación entre sectores. Pero, ¿dónde están las políticas públicas que incentiven realmente la inversión y la innovación?
Es crucial revalorizar el mercado interno como una opción de crecimiento sostenible. ¿Cómo podemos lograrlo? Fomentando el desarrollo de proveedores locales y priorizando la producción nacional de insumos estratégicos como semiconductores y componentes electrónicos para reducir la dependencia de importaciones. ¿Estamos dispuestos a exigir políticas que incentiven esto? Además, ¿qué impide la implementación de incentivos fiscales para modernizar la manufactura y facilitar el acceso a nuevas tecnologías? Sin estas acciones, ¿cómo podemos fortalecer la resiliencia económica del país?
Reflexión final
La economía no se arregla con discursos ni con deseos, sino con acciones concretas. Los empresarios, el gobierno y la sociedad tenemos en nuestras manos la oportunidad de transformar este reto en una oportunidad. ¿Nos atrevemos a hacerlo? En Aguascalientes, contamos con un tejido industrial fuerte, pero debemos fortalecerlo con innovación y diversificación. No podemos permitirnos depender de un solo sector ni de un solo país. La clave está en adaptarnos y evolucionar antes de que el mercado nos obligue a hacerlo.
La historia la escriben quienes deciden actuar. ¿Estaremos a la altura del desafío o seguiremos esperando soluciones mágicas? Empresarios, es momento de apostar por la innovación y la diversificación, invirtiendo en tecnología y fortaleciendo el talento local. Gobierno, deben generarse políticas públicas claras que incentiven la inversión, brinden certidumbre fiscal y fomenten la digitalización de las industrias. Sociedad, impulsemos la educación y el consumo de productos nacionales. Cada uno de nosotros tiene un papel clave en este cambio. La pregunta es: ¿actuaremos o nos quedaremos atrás?
Sobre la Autora:
Soy Erika Muñoz Vidrio, presidenta de la CANACINTRA Delegación Aguascalientes, empresaria y autora de TransformAcción, un espacio para reflexionar, innovar y actuar. Mi misión es impulsar el cambio positivo en nuestra región, conectando la industria, la academia y la sociedad para construir un futuro próspero.